Aquellos hombres de mediana edad que se la viven en el sauna del gimnasio no necesariamente están de ociosos. Le están haciendo un bien a su salud cardiovascular.
Salvo que fuera del baño de vapor sean personas sedentarias, lleven una mala alimentación o tengan bien desarrollados esos hábitos nocivos que restan años de vida, es posible que estén más sanos que nunca.
Según un estudio realizado a lo largo de 21 años con un grupo de 2 mil 315 hombres finlandeses de entre 42 y 60 años de edad, los que hacen uso regular del sauna tienen menor riesgo de sufrir infartos y morir por cualquier causa.
En el estudio, cuyos resultados fueron publicados este mes en JAMA Internal Medicine, un equipo de investigadores encabezado por el cardiólogo Jari A. Laukkanen, de la Universidad del Este de Finlandia, analizó el vínculo entre el baño de vapor y el riesgo de muerte cardiaca súbita, de sufrir eventos cardiovasculares fatales y de mortalidad por cualquier causa.
Durante el seguimiento a los participantes, se registraron 190 muertes cardiacas súbitas, 281 muertes por enfermedades de las arterias coronarias, 407 enfermedades cardiacas fatales y 929 muertes por cualquier causa.
El riesgo de muerte cardiaca súbita fue 22 y 63 por ciento menor para los que utilizaban el sauna de dos a tres veces por semana y de cuatro a siete veces por semana, respectivamente.
Mientras que el riesgo de morir por enfermedades de las arterias coronarias era 23 y 48 por ciento menor para los hombres que acudían al sauna entre dos y tres veces por semana y entre cuatro y siete veces por semana, respectivamente.
Y es que el riesgo de muerte cardiaca súbita era 7 por ciento más bajo para quienes pasaban de entre 11 a 19 minutos en el baño de vapor. Y 52 por ciento menor para quienes tenían sesiones de más de 19 minutos.
“(…) más es mejor”, dijo Laukkanen a Reuters Health. “En base a estos resultados, parece que más de cuatro sesiones de sauna por semana tenían el menor riesgo, pero aquellos con dos o tres sesiones de sauna también pueden obtener algunos beneficios”.
Rita Redberg, profesora de la Escuela de Medicina de la Universidad de California y editora de JAMA Internal Medicine, dijo que “pese a que no sabemos por qué los hombres que visitaron los saunas con mayor frecuencia tenían una mayor longevidad (sea el tiempo permanecido en la sala caliente, el tiempo de relajación, el ocio de una vida que permite más tiempo para relajarse, la camaradería del sauna), claramente el tiempo pasado en el sauna es tiempo bien pasado”.
