Ironía pura. Como en muchos otros ámbitos, México es el ejemplo de mera ironía.
En el país, los habitantes no se cuidan, no ahorran para su retiro y tampoco destinan tiempo y dinero a su salud.
Actualmente, esta nación ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil y no se tiene cultura de prevención.
Solamente el 2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) se destina a cuidarse y tratarse enfermedades y también reina la falta de información y educación para evitar riesgos que afectan la salud y bienestar del organismo.
Sin embargo, México ha resultado un paraíso para curar los males de los extranjeros.
Y es que la República Mexicana siempre ha sido un referente del turismo a nivel internacional y no sólo por tener habitantes sumamente hospitalarios, sino por su diversidad de destinos y paraísos terrenales. Lo mismo sucede con la oferta de especialistas médicos y expertos en bienestar y balance.
Tanto en el turismo médico como en el que se conoce como “turismo de bienestar”, México se está posicionando entre los líderes globales.
Para hacerse una idea, hasta los datos registrados en el año 2015, el país recibió a más de 4.7 millones de visitantes (incluidos pacientes y sus familiares o acompañantes). Esto significó ganancias de hasta 3 mil millones de dólares, de acuerdo a ProMéxico.
Una mina de oro, ya que los que visitan países por esta razón desembolsan hasta seis veces más, según el Bufete Consulta, S.A. de C.V.
Para México resulta altamente beneficioso tras el golpe que ha recibido el turismo en la presente administración, a causa de la extrema inseguridad para ciudadanos y extranjeros.
En 2017, se registró un aumento del 12 por ciento en este ámbito.
Entre las ventajas que tiene México en este ámbito frente al mundo está que cuenta con capital humano.
De hecho, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) calcula que el 62.3 por ciento de los médicos generales mexicanos cuentan con una especialidad, lo que supera al promedio del resto de países miembro de esta organización.
Las especialidades que más atraen a los visitantes –y pacientes– destacan cirugías estéticas y reconstructivas, tratamientos de fertilidad, cardiología, oncología, ortopedia, asistencia a adultos mayores y odontología.
Aguascalientes, Jalisco, Guanajuato, Querétaro, Nuevo León y la Ciudad de México son algunas de las entidades a las que más acuden las personas interesadas en el turismo médico. Como era de esperarse, las playas y zonas del sur del país –así como en Baja California Sur– son de los principales destinos para el turismo de bienestar.
Turismo saludable
>> El turismo de salud se divide en el tipo médico y en el de bienestar.
>> Entre las razones que hacen de México un paraíso para el turismo de salud están alta calidad, bajos precios y buen trato.
>> Tailandia ocupa el primer lugar de turismo de bienestar en el mundo.
El nuevo Cuba
Así como la nación que rige Raúl Castro es de los lugares insignia en el campo de la salud, debido a su oferta de especialistas, México cuenta con médicos de primer nivel, aunado a que sus servicios son de bajo costo respecto al resto del mercado global, razón por la que sus destinos son de los más elegidos para los turistas de salud. Los principales visitantes provienen de Estados Unidos y Canadá.
Aunque depende del tratamiento, los costos en la República Mexicana pueden ser hasta 89 por ciento más baratos que en otros países.
Es decir que tanto el turismo médico como el de bienestar en México es “bueno, bonito y barato”.
La Asociación Mexicana de Turismo Médico (AMTM) indica que el turismo saludable conforma todas las actividades fuera de la localidad de origen, que tenga una duración de más de un día –menos de un año– y que se tenga como objetivo atenderse con algún servicio de salud.
Viajar para mejorar
Se conoce como turismo médico –o de salud– al que se enfoca en operaciones y procedimientos quirúrgicos, ambulatorios, estéticos o tratamientos que requieren medicamentos.
Por otro lado está el turismo de bienestar (o de wellness, en inglés), que se asemeja a las mejores vacaciones que se podrían imaginar, ya que consta de actividades relacionadas a la relajación, retiros espirituales, spas, así como asistencia a adultos mayores.
Algunos hoteles y consorcios de usos múltiples han adaptado sus instalaciones para contar con estos servicios además de los que ya ofrecen, incluso se vuelven parte de sus ventajas competitivas.