Resequedad de la piel, inflamación y comezón son los principales síntomas de la dermatitis atópica (DA), una enfermedad inflamatoria y crónica que, de acuerdo con la doctora Helena Vidaurri, especialista en dermatología pediátrica, afecta a dos de cada 10 niños.
“Afecta a tal grado a los niños que, incluso, altera sus ciclos de sueño, pues constantemente estarán irritables o llorando, porque la ropa les molesta, ante lo cual es importante identificar señales y estar alerta para acudir a un dermatólogo que es el médico indicado para diagnóstico y tratamiento”, asegura Vidaurri.
Una piel sana es un órgano sensorial que, además de actuar como barrera ante los factores externos, como bacterias, y regular la temperatura del cuerpo, mantiene la hidratación adecuada y evita que ingresen al cuerpo alérgenos o microbios.
Pero, cuando la piel es atópica, se irrita, deshidrata o se percibe “seca” constantemente, por lo que surgen lesiones con inflamación y enrojecimiento que generan intensa comezón y ésta, en los pequeños, impacta en su calidad de vida por las molestias que genera.
La doctora especifica que las lesiones por dermatitis atópica aparecen más frecuentemente en las mejillas, el pecho, la espalda, los brazos y las piernas, pero posteriormente pueden manifestarse en zonas de pliegues como el cuello e, incluso, en casos más graves, en los párpados.
“Se trata de un padecimiento que afecta a personas de todas las áreas geográficas, tonos de piel y edades”, expresa la especialista.
El objetivo de los tratamientos es lograr que el paciente lleve una vida lo más normal posible. Por ello la importancia de que su diagnóstico se realice en los primeros años de vida.
“Es importante mencionar que el manejo es personalizado, el cual depende de la gravedad y extensión de las lesiones e historial clínico de los pacientes, pues en seis de cada 10 se presentan casos leves que se pueden tratar con las medidas y medicamentos tópicos recomendados únicamente por el experto en la salud de la piel”, concluye.
¿Cómo distinguir la dermatitis atópica?
Frecuentemente empieza en la lactancia, entre los seis o siete meses de edad. Se caracteriza por erupciones papulovesiculosas en la cara, éstas cambian de ubicación afectando pliegues, cuello, muñecas y tobillos.
Puede ser precedida por eczema retroauricular (granitos), aparición de zonas despigmentadas, como pitiriasis alba, o prurito intenso (comezón).
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