Rokas Valuntonis, el pianista lituano que seduce con sus interpretaciones en el Festival Cervantino 51

El ganador de una veintena de concursos, ofreció en la edición 51 del Cervantino un programa con obras de compositores como Grieg, Debussy, Mendelssohn y Chopin
José Pablo Espíndola José Pablo Espíndola Publicado el
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En el atrio del Templo de la Compañía de Jesús, iluminado por un halo de luz, el pianista Rokas Valuntonis demostró por qué es célebre por sus “actuaciones diabólicas” y “liquidez de sonido”.

El joven originario de Lituania realizó una presentación magistral en la que interpretó el Album leaves Op. 28, de Edward Grieg, la cual fue compuesta durante 14 años.

Posteriormente, el músico, admirado por sus interpretaciones y su sorprendente virtuosismo con el piano, interpretó Suite Bergamasque, de Claude Debussy, una de las obras más reconocidas del compositor. Se sabe que su última partitura, Claire de lune, fue dedicada a cuatro mujeres distintas.

Valuntonis, ganador de una veintena de concursos en todo el mundo, también revivió las obras de Balys Dvarionas: First snowflakes, Birds in the Winter, Impromptu in E flat minor, Waltz in G minor, Down the hill in a sled.

Como si apenas tocara el piano, sus dedos recorrían las teclas del instrumento. Su figura, en el centro de la iglesia guanajuatense, se movía suavemente, alternando también movimientos intensos que hacían vibrar todo su cuerpo y emocionaban a los presentes.

Con su interpretación, el pianista logró ovaciones del público en diversos momentos del espectáculo, donde él era el único protagonista.

El joven interpretó la composición de Felix Mendelssohn: Rondo Capriccioso Op. 14. Una obra con la que en el pasado mostraba el virtuosismo de los instrumentistas.

Las manos de Valuntonis también rememoraron a Frederic Chopin, con su obra Andante spianato and Grand polonais brillante Op. 22, seduciendo a los asistentes con su maestría en el piano y mostrando por qué elogian sus “diabólicas actuaciones”.

Rojas Valuntonis creció en Lituania y estudió en la Academia de Música y Teatro de Lituania con Aleksandra Zvirblyte, luego acudió a la Academia Sibelius (Finlandia). En su país de origen ha sido galardonado por dos presidentes.

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