La época de los años 90 fue el furor y explosión del género pop a nivel mundial, surgieron un sin fin de bandas y artistas que dieron rienda a su imaginación creativa. En esos años nació Moloko, banda británica de música electrónica, house, dance y trip-hop, formada en 1994 por Róisín Murphy y Mark Brydon.
Y aunque la banda se separó en 2004, Róisín Murphy continuó con su carrera musical como solista, entregando al público algunas de las mejores canciones de pop del siglo XXI. Actualmente cuenta con seis álbumes de estudio, los cuales presentó, por primera vez en México, tanto en su concierto en el Tecate Emblema, como el 15 de mayo en el Teatro Metropólitan.
La cantante irlandesa está por concluir su gira, no sin antes platicar con Reporte Índigo sobre estas presentaciones y sus planes a futuro.
“Toda la banda, yo misma, estamos entusiasmados por venir a México. Muchos de nosotros nunca habíamos estado. Me emociona y quiero saber cómo me recibirán”, explica la cantante.
Hasta la fecha, Murphy ya ha conquistado los escenarios donde se ha presentado. Con gran fuerza, vitalidad y fuego, la cantante se ha entregado al público mexicano.
En entrevista, la cantante dice que cada show será auténtico, pues además de mostrar nueva música, actualmente su agrupación cuenta con un nuevo miembro, lo que le brinda un nuevo aire.
“Tenemos una banda muy grande, cinco personas detrás de mí y dos bateristas. Es un gran sonido. Tengo un montón de visuales en marcha; hay música nueva, vieja, es el comienzo de una nueva era para mí”, relata.
La exintegrante de Moloko, explica que cada disco es una nueva exploración y una nueva forma de conocer nuevos sonidos.
Y aunque no puede adelantar los detalles de la nueva producción en la que está trabajando, la cantante dice que se trata de un disco completamente diferente al anterior, Róisín Machine. Hasta el momento ha lanzado los sencillos “Cool Cool” y “The Universe”.
“Tiene elementos diferentes, antes de Róisín Machine, hice Hairless Toys, que era más introspectivo. Tengo mucha suerte de seguir haciendo música con gente diferente, porque siento que me revitaliza. Realmente significa que tengo que emprender un viaje y encontrar un nuevo lugar, una nueva yo”, cuenta.
Este nuevo material es un disco muy personal, porque es el primero en el que pudo escribir casi todas las canciones.
“Lo grabé cuando pude hacerlo, para mí, eso trajo un enfoque más íntimo a la composición de canciones, le conté mis secretos a este álbum, significó libertad total y enfoque. Es un disco alegre, nunca he estado más feliz, eso se debe en parte a razones personales, pero también en mi trabajo me he sentido muy satisfecha.
“Trata sobre el amor y la sensualidad, pero también sobre la música en sí misma y cómo siempre ha estado ahí para mí. Hay tintes de oscuridad y de alegría. Hay una contemplación de la mortalidad que está destinada a servir como un recordatorio para mí de vivir mientras podamos” platica.
Trabajo y libertad
Aunque Róisín explica que desde el inicio su carrera ha sido “un accidente”, ya que no esperaban el recibimiento de la gente, agradece que todo lo ha hecho como ha querido, con una gran libertad creativa.
“Nunca me han dicho lo que tengo que hacer, en lo que respecta a la música o a la forma de proyectar mi imagen. Se me ha permitido ser yo misma. No digo que la industria sea perfecta, pero a nivel creativo, siempre he hecho lo que he querido.
“Ha sido una alegría y un privilegio que me dejaran jugar y encontrarme. Hay muy poca separación entre la vida y el arte para mí, es la gente que conozco, que está en mi vida, la que me inspira. Y si yo les inspiro a ellos, puede que de ahí surja algo, eso es un milagro, en cierto modo, que siga haciéndolo con gente que me ayude a crecer”, concluye.