¿Por qué cantamos? ¿Qué tiene la música que conecta a la humanidad? ¿Cuáles son las raíces de la canción? Todas estas preguntas son los ejes rectores de Cántame Historia Universal de la Canción: del juglar medieval a José Alfredo Jiménez, una serie de conferencias dónde Gerardo Kleinburg explora los significados y conexiones musicales que unen a toda la humanidad.
Para el importante crítico musical toda la música tiene hilos conectores que equiparan a Mozart con Maluma, a pesar de lo descabellada de la comparación Kleinburg presenta argumentos con los que las canciones del colombiano y el Requiem del austriaco son no otra cosa que tensión y relajación de acordes que producen emociones. En un viaje musical que empieza desde las primeras anotaciones musicales en Siria, los cantos griegos de cien años antes de Cristo, las primeras óperas de las que se tiene registro, hasta los jingles que se graban para vender productos, toda la música occidental tiene raíces que la conectan y en la conferencia del galardonado con el Premio Internacional de Música del Festival de Salzburgo se pueden encontrar.
Kleinburg empieza su curso de introducción a la ópera con una canción de Eminem y en este curso en el Festival Internacional Cervantino explica cómo la voz humana es el requisito fundamental de la canción. Para él la melodía y el resto de los elementos musicales aparecen en el habla, la única diferencia entre un canto y un discurso es la intención de dar más de un sonido a la misma sílaba. Por ello el rap y la ópera, un intermedio entre hablar y cantar, comparten características que las hermanan más de lo que las separan.
Gerardo Kleinburg presenta los orígenes medievales de la música punk en su conferencia “Cántame. Historia Universal de la Canción” cómo parte de las actividades académicas del @Cervantino.
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— Reporte Índigo (@Reporte_Indigo) October 14, 2023
El crítico musical explica que la primera etapa musical de la que se tiene registro, que se puede agregar y estudiar como un solo bloque, es la música medieval. Ahí se encuentran cantos religiosos en dónde la unicidad de la voz poco a poco encuentra complejidad hasta tener múltiples voces y sonidos hasta que al inicio del renacimiento la música sale de las iglesias y se seculariza. Con la salida de los cantos de los templos inicia la posibilidad de cantar al que, a juicio del panelista, es uno de los temas más recurrentes en la historia de la canción: el amor. Un amor cortesano que explora la reciprocidad del cortejo y lo que pasa cuando no es correspondido.
Para Kleinburg la edad media presenta innovaciones musicales cuyos ecos se escuchan hasta en las bandas más populares del siglo XX. El motete religioso, que al final del medievo encuentra su veta secular, comienza con una composición melódica sobre letras que acompañan la voz, un sola voz con música que resuena hasta los primeros éxitos de The Beatles. Puntos de contacto que se repiten a lo largo de los siglos y en qué las canciones modernas encuentran su origen en la antigüedad es el punto que la presentación del crítico musical.
Gerardo hace hincapié en que la edad media no fue monolítica en cuanto a la música. Mientras el motete daba vueltas por las iglesias en una abadía de Bavaria monjes componían cantos que honraban al alcohol y al hedonismo, los Carmina Burana son, en opinión del experto en música, los orígenes de la música punk. Los juglares medievales que se fueron transformando en trovadores, cantantes que acompañados de un instrumento que cantaban al amor, extienden su influencia a artistas como el ganador del Nobel Bob Dylan y en la rockola universal de Kleinburg son presentados lado a lado revelando con claridad sus semejanzas.
En dos horas y media de actividades, comparaciones y demostraciones de música antigua con sus contrapartes contemporáneas Kleinburg busca los puntos de contacto que siempre han existido entre la humanidad. Cántame Historia Universal de la Canción: del juglar medieval a José Alfredo Jiménez es un ejemplo de la riqueza que el Festival Internacional Cervantino ofrece a quienes lo visitan.