¿A qué se enfrentará Donald Trump durante su próximo mandato?

Factores económicos, comerciales y geopolíticos pueden truncar el proyecto de nación que el próximo presidente de Estados Unidos desea implementar 
Gabriel Nava Gabriel Nava Publicado el
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El candidato republicano se perfila para ser la persona elegida para gobernar a la nación con mayor influencia en el mundo durante los próximos cuatro años; sin embargo, sus propuestas para que Estados Unidos “recupere su grandeza” pueden verse truncadas por los factores económicos, comerciales y geopolíticos que actualmente marcan a su país y al mundo.

Las elecciones más esperadas a nivel internacional se llevaron a cabo y el resultado ha quedado claro, todo indica que Donald Trump volverá a gobernar Estados Unidos, de nuevo bajo la consigna de “Make America Great Again, pero con toda una serie de retos por enfrentar, y que cuentan con el potencial de, incluso, provocar el fracaso de la próxima  administración.

De lo anterior que la deuda nacional estadounidense que actualmente asciende a 35 billones de dólares, la disputa comercial que la gran potencia occidental mantiene con China y el involucramiento en conflictos armados como los que se llevan a cabo en Ucrania y Palestina, por ejemplo, figuran como algunos de los más importantes frentes que Donald Trump tendrá que enfrentar y resolver para impulsar de forma positiva su proyecto de nación, además de responder a la confianza que le otorgaron más de 70 millones de personas.

“Todos los días lucharé por ustedes con cada aliento de mi cuerpo. No descansaré hasta que hayamos logrado construir el país fuerte, seguro y próspero que nuestros hijos merecen y que ustedes merecen. Esta será verdaderamente la era dorada de Estados Unidos, eso es lo que vamos a tener”, destacó el candidato republicano en su primer discurso luego de conocer la tendencia de las votaciones.

Sin embargo, defender la soberanía de la economía estadounidense a partir de sanciones comerciales, endurecer la postura antimigratoria para procurar el bienestar de la ciudadanía de su país y enfrascarse en nuevas disputas comerciales, diplomáticas y hasta militares para restaurar la paz a través de la fuerza, como se propone en la plataforma republicana, no destacan por ser respuestas contundentes a los problemas que actualmente atraviesa la gran nación occidental, sino que proyectan una postura ideológica que toma fuerza a nivel internacional ante un panorama marcado por la crisis económica y política global propia de los últimos años.

“La llegada de Trump implica un nuevo momento en donde va a imperar el conservadurismo e irrumpe en el escenario internacional dándole forma a una nueva ola de proteccionismo y nacionalismo, de ahí que lo que se había avanzado en términos de integración internacional antes de que el candidato republicano llegara al poder va a retroceder ante una profundización de la desglobalización que llega con él”,  explicó en entrevista para Reporte Índigo José Martínez, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios.

Los retos que Donald Trump tendrá que superar durante su mandato

Buscar que los capitales prioricen su llegada a Estados Unidos sobre otros destinos de inversión con el propósito de incrementar el bienestar de la población además de solucionar cuestiones como el alto déficit fiscal que actualmente dicha nación registra, y que el año pasado alcanzó una proporción similar a seis puntos porcentuales de su Producto Interno Bruto, resulta inviable por la forma en la se ha constituido el mapa productivo y logístico global desde hace décadas, explicó a este medio Iliana  Rodríguez Santibañez,  profesora e investigadora en la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno, Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México.

“Estados Unidos, desde hace décadas, ha desplazado empresas y corporaciones, además de adquirir mano de obra barata en diversos puntos del mundo, lo que ha derivado en que se estratifique su economía por segmentos, por lo que, tratar de romper esa estructura en un solo mandato no es posible, requiere de más tiempo”, dijo Rodríguez.

Además, tal postura choca con la configuración comercial que ha construido Estados Unidos con el mundo, y que contempla 14 acuerdos de libre comercio, el título de ser el mayor inversor en cuanto a Inversión Extranjera Directa se refiere y hasta el liderazgo occidental de las exportaciones internacionales.

Incluso, con su postura geopolítica, Donald Trump tendrá que depender de otros liderazgos que han tomado una fuerza similar dentro del mapa económico, comercial y hasta tecnológico global, que no se comportarán de forma pasiva ante las acciones del republicano en su búsqueda por volver a hacer a Estados Unidos una nación estelar.

“Una de las limitaciones en materia de política internacional será la relación que se tenga y la fuerza de los otros hombres fuertes, autoritarios y poderosos que son tanto Xi Jinping, como Vladímir Putin y cómo se vayan a desenvolver”, destacó  Pía Taracena Gout, especialista en temas internacionales y política exterior México-EU-Canadá de la Universidad Iberoamericana.

Afianzar el liderazgo global, uno de los grandes retos que tendrá Donald Trump

Otro de los grandes retos que Donald Trump tendrá que enfrentar es el hecho de conservar, y reafirmar, el lugar estelar que Estados Unidos tiene en diversos aspectos estratégicos, y en los que durante los últimos años ha visto cómo diversas naciones comienzan a competirle de forma importante.

Que Estados Unidos sea la nación más importante en aspectos económicos, tecnológicos, militares y hasta monetarios no implica que otras naciones no hayan avanzado en dichos ámbitos a lo largo del tiempo, incluso al grado de disputarle el liderazgo.

Por ello, el próximo presidente de Estados Unidos tendrá la compleja tarea de preservar el lugar estelar con el que cuenta su país en sectores estratégicos pese a que las condiciones actuales de su país no resultan las mejores, pues el gran endeudamiento de su gobierno, la desarticulación de su aparato productivo y hasta la pérdida de fuerza por parte de sus principales aliados complejizan tal labor.

Estados Unidos todavía conserva el liderazgo en diversos aspectos estratégicos, pero resulta difícil pensar que el escenario global continue asi. Foto: Especial

Al respecto, no resulta ajeno que el próximo presidente fije su mirada en China, ya que la gran potencia asiática se encuentra detrás de Estados Unidos en temas como la inversión con propósitos de la creación de vínculos empresariales duraderos, de acuerdo con los datos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo; de forma paralela al hecho de que Rusia figure como la segunda nación con la fuerza militar más poderosa, solo detrás de la gran potencia norteamericana, según GlobalFirepower.

No obstante, que Estados Unidos se vea superado en algún ámbito de relevancia no es algo que resulte ajeno, ya que en términos de exportaciones, la nación liderada por Xi Jinping ya resulta más importante que el país que gobernará Donald Trump; un escenario que podría repetirse a mediano plazo en cuanto al tamaño del Producto Interno Bruto se refiere, según sugieren los datos del Fondo Monetario Internacional.

Incluso, en el formato de alianzas sucede algo similar, ya que el G7, grupo de las economías más importantes del mundo y liderado por Estados Unidos, se ha visto superado por el bloque que han creado las potencias emergentes conocidas como BRICS+, y en el que destaca la presencia de China, Rusia y hasta India.

“Mucha gente me ha dicho que Dios me salvó la vida por una razón, y esa razón era salvar a nuestro país y devolverle la grandeza a Estados Unidos. Y ahora lo vamos a hacer”, puntualizó Donald Trump sobre la perspectiva que tiene sobre su país en el contexto global.

México, Estados Unidos y  la paradoja de la dependencia

Aunque se considera que Donald Trump cuenta con los elementos para perjudicar a la economía mexicana, se descuenta el hecho de que años de dependencia de México hacia Estados Unidos también ha generado una vinculación en sentido contrario por parte de la economía más grande del mundo; por lo que cualquier sanción también puede impactar al vecino del norte.

No es un secreto que el próximo presidente de Estados Unidos ha labrado su camino al liderazgo político de su país a partir del ataque a diversos grupos de la población y también a los países que, en su criterio, dañan la grandeza de su patria.

Tal postura ha provocado que México resulte objetivo de los señalamientos del representante del Partido Republicano, al argumentar que el país saca ventaja de su relación con Estados Unidos, al mismo tiempo que perjudica a ese país al no tratar de forma eficiente temas como la migración o la inseguridad, por ejemplificar.

De ahí que Trump considere que, si México es el principal socio comercial de Estados Unidos y cerca del 80 por ciento de las exportaciones mexicanas tienen como destino a la considerada economía más grande del mundo, tiene elementos para coaccionar al país para conseguir sus objetivos.

La vinculación de México y Estados Unidos guarda un efecto particular que puede beneficiar, y perjudicar, a ambas naciones. Foto: Especial

Sin embargo, tal vinculación también genera que si se penalizan o agregan aranceles a las exportaciones mexicanas que tienen por destino a Estados Unidos, se limita la mano de obra de origen mexicano que colabora de Texas a Nueva York o que atenta contra la soberanía del país, las implicaciones  que tendrían para el vecino del norte pueden ser profundas, explicaron a este medio especialistas en el tema de comercio exterior.

Tal situación ha sido reconocida por empresarios, inversionistas y hasta organismos como la American Chamber of Commerce México, que puntualizó: “Creemos firmemente que el diálogo y la colaboración son los pilares para afrontar juntos los desafíos que nos esperan. La cooperación binacional en inversión y comercio tiene como principal interés el consolidar una región integrada, próspera y competitiva. Generar empleos y atraer inversiones es el mejor camino para que América del Norte continúe fortaleciendo sus cadenas de valor, estrechando sus lazos, y creando políticas de crecimiento sostenible y sustentable”.

Incluso, Claudia Sheinbaum, presidenta de México, consideró que las declaraciones de Trump, por lo antes explicado, no tendrán mayor trascendencia, ya que declaró: “Va a haber una buena relación, yo estoy convencida de ello, y nuestra economía está muy sólida, está muy fuerte”.

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