Restauran espacios del Museo Nacional de las Intervenciones

Los trabajos se realizan como parte del Seminario Taller de Restauración de Obra Mural, a cargo de la profesora Martha Tapia
José Pablo Espíndola José Pablo Espíndola Publicado el
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Profesores y alumnos de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM) estudiaron y restauraron seis espacios y bienes culturales del Museo Nacional de las Intervenciones (MNI). Se trata de la escultura de un león, una piedra con relieve, la fuente del huerto, portada y obra mural de la capilla, así como un lavamanos.

Martha Isabel Tapia González, coordinadora de los trabajos, explicó que desde 2016, la escuela mantiene una estrecha vinculación con el MNI para realizar diversos estudios y tareas. En esta ocasión, los alumnos trabajaron en la escultura de un león hecho de piedra toba que adorna la escalera ubicada en el Portal de Peregrinos. La pieza podría corresponder al siglo XVIII y, quizá, fue parte de una fuente virreinal, ya presenta un orificio por donde se cree salía el agua.

“Debido a que los visitantes al museo lo tocan constantemente, tiene grasa impregnada en la superficie, por lo que se realizará una limpieza a base de geles y disolventes; actualmente se le aplica una mezcla de pulpa de papel para la extracción de sales solubles que lo han dañado y también se buscará eliminar intervenciones previas hechas con cemento”, señaló Tapia.

En esa área del exconvento, los alumnos se ocupan también de una piedra toba que pudo ser parte de la fachada de algún templo; posee el relieve de un ángel que carga una filacteria con la palabra “Gloria” y tiene restos de pintura. Al igual que al león, se le aplica mezcla de pulpa de papel con la finalidad de desalinizarla y se hará el fijado.

“La pieza quizá date de los siglos XVII o XVIII, aún está en la etapa de la investigación histórica. Lo complicado de muchas de las piezas del MNI es que están descontextualizadas”, explicó.

Con apoyo de la arquitecta Martha Lameda, en el área del huerto se trabaja en la fuente hecha de piedras ígnea, andesita y toba, adosada a la barda perimetral; probablemente perteneció a una casa señorial.

En el edificio conventual que alberga la Sala Intervención Norteamericana del museo, los especialistas enfocaron los trabajos en tres áreas que durante la época virreinal formaban parte de un conjunto: el lavamanos, la portada de la capilla y una pila de agua.

El lavamanos fue construido a base de diversas piedras como toba, algunas de las cuales cuentan con relieves (probablemente asociados a escudos), y otras con policromía roja, verde y dorada, además de un adorno de talavera.

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