Una vez más, una escultura de Manuel Tolsá está en el ojo del huracán por una cuestionada intervención. Esta vez es por la Esperanza, pieza de gran tamaño elaborada en cantera a principios del siglo XIX y que durante dos siglos permaneció en el remate de la fachada principal de la Catedral Metropolitana hasta que el 19 de septiembre de 2017 el sismo de 7.1 grados la hizo caer, la partió en dos y pulverizo gran parte de su rostro.
Luego de un proceso de restauración que se prolongó por seis años, la escultura volvió a su lugar y fue develada la tarde del martes por autoridades culturales y religiosas, pero su rostro ya no es el mismo.
Aquel estilo neoclásico que caracteriza a las obras de Tolsá ha sido sustituido por otro rasgos que ha alarmado a colectivos defensores del patrimonio porque consideran que, más allá de lo debatible de los criterios de restauración, el resultado alteró el carácter original de la obra de Tolsá.
Fue en este grupo virtual donde desde hace unos días comenzó a circular una imagen comparativa que evidencia las diferencias estéticas entre la obra original y la nueva versión.
El promotor cultural cuestionó la respuesta de la restauradora encargada del proyecto, Marina Raquel Straulino Muñoz de Cote, y de Arturo Balandrano, encargado de Sitios y Monumentos de la Secretaría de Cultura, quienes han defendido el criterio utilizado en la restitución de la pieza argumentando que devolverle las características originales sería un “falso histórico”.
“No es una falsificación devolverle el carácter original a una escultura que quedó lastimada. Por ejemplo, en los 70’s fue golpeado el rostro de la Virgen María en La Piedad, la escultura de Miguel Ángel. Se clausuró, el público podía ver a los que estaban restaurando, se reconstruyó fielmente la nariz, el mentón, lo que se había golpeado, con apoyo de referencias documentales, y ahí está la obra ya restaurada. Entonces, aquí hay un discurso extraño”, comentó.
Este fue el proceso de restauración
La tarde del martes, después de la develación de las tres esculturas (Fe, Esperanza y Caridad) encabezada por Alejandra Frausto, secretaria de Cultura federal, la encargada del proyecto de restauración, Straulino Muñoz de Cote, defendió el criterio utilizado en la restitución del rostro y aseguró que “no fue una decisión que se tomó de manera individual”, ya que fue consensuada con la Secretaría de Cultura, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y las autoridades religiosas.
Explicó a la prensa que del impacto que sufrió la escultura en 2017 sobrevivió una pequeña parte del rostro, lo cual les sirvió de guía para hacer la nueva.
“Hicimos un modelo en plastilina, lo analizamos entre varias instituciones… No es una restauración de la cabeza porque quedó muy poquito. Lo que se hizo es una restitución y hay criterios, no podemos hacer una falsificación, nosotros no somos Tolsá, somos otra temporalidad”, declaró..
Según la restauradora, la consolidación de la pieza que quedó partida en dos consistió en recuperar su verticalidad mediante un refuerzo metálico que unió al torso y la cabeza con la otra parte de la cintura a los pies. Después, se labró sobre una piedra nueva, un repuesto de la cabeza.
Agregó que fue su empresa, contratada por licitación para realizar el proyecto, quien encargó la talla del nuevo rostro al maestro cantero Esteban Reyes.
Sobre las críticas que ha generado la imagen comparativa, la restauradora dijo que “son fotos tomadas en una mala posición”. “Efectivamente, nadie puede decir que es la misma y no es porque es una reconstrucción”, sostuvo.
Lo que dice la Secretaría de Cultura de la restauración
En un comunicado compartido por la Secretaría de Cultura después de la develación, confirmó que el proceso fue autorizado por sus expertos y los del INAH. En esa información, Arturo Balandrano Campos, director general de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural de la institución, dijo que el proyecto respetó las reglas internacionales de restauración:
“Hicimos un trabajo muy especial, muy cuidadoso, muy respetuoso y bajo las reglas internacionales de restauración para poder restituir la cabeza de la Esperanza. Buscamos el banco de cantera chiluca que nos diera la tonalidad de la pieza, lo encontramos; cortamos la pieza, contratamos a uno de los mejores canteros talladores que tenemos. A él y al equipo de restauración los dotamos de toda la información gráfica con que contábamos”.
En el evento, donde también estuvo presente Martí Batres, Jefe de gobierno de la Ciudad, la secretaria Alejandra Frausto reconoció el trabajo de la restauradora y el del maestro cantero Esteban Reyes.
Ahí, Reyes aseguró que el proceso de talla de la cabeza de la Esperanza le tomó entre 3 y 4 meses, en su taller en Naucalpan y que todo fue supervisado y autorizado por las autoridades.
“Teníamos los vestigios, o sea, no podemos inventarnos algo”, declaró el cantero, quien aseguró que no es la primera vez que trabaja en la Catedral Metropolitana.
Sobre la polémica, también argumentó que las fotografías comparativas son cuestión de perspectiva.
Vigilantes de la Catedral Metropolitana
- Fe, Esperanza y Caridad, conocidas como Virtudes teologales, fueron diseñadas entre 1793 y 1813 por el escultor valenciano Manuel Tolsá.
- De 1813 a 2017 permanecieron juntas sobre el cubo del reloj de la Catedral Metropolitana
- El 19 de septiembre de 2017 cayó la Esperanza y se partió en dos.
- En octubre de 2017 las otras dos esculturas fueron removidas como una medida preventiva para evitar que se cayeran.
Avanza reconstrucción cultural
Durante la ceremonia de develación, la secretaría de Cultura federal, Alejandra Frausto, dijo que el Programa Nacional de Reconstrucción en el rubro cultural está en su última fase, ya que desde septiembre de 2023 se atienden 926 obras, de las que ya se concluyeron 387.
En la ciudad de México, abundó, “estamos trabajando en 146 inmuebles, templos, infraestructura artística o civil, 99% son templos, de los cuales llevamos concluidos 88 al día de hoy”.