Reseña: “El Golem”; el absurdo feminismo judío del terror israelí

En La Cinemágora te contamos, sin spoilers, los detalles de 'El Golem', el estreno más destacado de esta semana en la cartelera mexicana
Carlos Ramírez Carlos Ramírez Publicado el
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Quién diría que una de las oportunidades que los cineastas israelitas, Yoav y Doron Paz (Jeruzalem, The Cakemaker), tomarían para insertar un discurso apenas feminista sería una película de terror basada en la mitología judía.

Y es que aunque es sabido que la mujer tiene un papel nulo en la religión del judaísmo, los directores Paz intentan adecuarse al feminismo en sus términos por medio de su película El Golem.

En esta cinta, que no tiene relación con la de 1920, Hanah, ha perdido a su hijo y sufre una severa depresión que la lleva a refugiarse en la cábala judía.

Cuando la comunidad en la que vive Hanah se ve amenazada por los violentos gentiles, decide invocar el nombre secreto de Dios para dar vida al Golem, una criatura mitológica que los protegerá.

LO MEJOR, LA TRADICIÓN

Los mejores para representar los ritos y tradiciones judías son los propios judíos. Por esta razón es que los hermanos Paz logran representar fielmente las costumbres de una comunidad que vive apartada durante 1673.

Ante esto, tenemos un ambiente fiel a su historicidad, pero, al mismo tiempo aterrador. Una característica también presente, y que fue muy alabada, en la cinta The Witch (Robert Eggers, 2015).

Elementos como la peste y las anormales máscaras que portaban los médicos de esa época imprimen un ambiente de terror rural clásico.

Lo anterior también se ve reforzado por los elementos que conforman a la cábala de la tradición judía. Así como la iluminación que se implementa a lo largo del filme, con luz predominantemente natural.

LO PEOR, EL GOLEM Y SU DISCURSO

Lamentablemente, aunque pretende identificarse como una película de terror, El Golem falla precisamente en su figura principal: el monstruo.

Tienes la oportunidad de crear un monstruo a partir de utilería e ingenio, o por lo menos con efectos especiales, pero ¿quieres vender la idea de que el aterrador Golem es un niño enlodado? Este Golem de 1920 lucía gigantesco y muy parecido a las leyendas judías. Pero en este largometraje se trata de un niño.

Y no es que los niños no sean terroríficos (El Exorcista, 1978) sino que este ni siquiera tiene un trabajo de producción para lucir como tal. Por ello queda a deber en demasía la figura del Golem con la tradición y el terror.

Aunado a ello, los directores quisieron otorgar un giro distinto a la tradición judía y del propio Golem. Se dice que esta criatura fue creada por el rabino Yehuda Low ben Becalel a mediados del siglo XVI.

No obstante, en esta película su creadora es Hanah, una mujer que transgrede las costumbres judías al estudiar la cábala e infiltrarse a hurtadillas a las enseñanzas del rabino.

Pese a este esfuerzo, queda claro que los preceptos judíos son contrarios al discurso feminista. Por lo que puede notarse a leguas un absurdo intento de conciliar ambos en la cinta.

Al final, incluso, pareciera que la mujer queda relegada a un segundo lugar por su esposo, líder y cabeza de la familia. Esto a pesar de que Hanah es la protagonista de la película.

Por eso es que resulta extraño conjugar el terror, la tradición judía y el feminismo en un largometraje que termina por llegar a un lugar incierto.

RECOMENDACIÓN

Aunque para los amantes del terror puede llegar a ser una propuesta valiosa en su ambientación, en su totalidad resulta un ensayo fallido por recuperar la figura del Golem.

Pero, a su vez, podría resultar en una oportunidad de adentrarse en la cultura judía por medio de una película de terror por debajo del promedio.

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