Reposo, pero no absoluto

Expertos estiman que aproximadamente una de cada cinco mujeres son sometidas a un régimen de reposo en cama en algún momento durante el embarazo para evitar complicaciones, según la Clínica Mayo. 

Pero esta medida tradicional está perdiendo credibilidad a raíz de la publicación de estudios recientes que no respaldan la creencia de que quedarse en cama es benéfico para mujeres con embarazos de riesgo.

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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1 de cada 5 mujeres embarazadas con riesgo de tener un parto prematuro es sometida a guardar reposo en cama

Expertos estiman que aproximadamente una de cada cinco mujeres son sometidas a un régimen de reposo en cama en algún momento durante el embarazo para evitar complicaciones, según la Clínica Mayo. 

Pero esta medida tradicional está perdiendo credibilidad a raíz de la publicación de estudios recientes que no respaldan la creencia de que quedarse en cama es benéfico para mujeres con embarazos de riesgo.

Un estudio publicado en mayo de este año en Obstetrics & Gynecology demostró que las mujeres embarazadas que siguieron las indicaciones de reducir las tareas cotidianas y la actividad sexual eran dos veces más propensas a tener un parto antes de las 37 semanas de gestación.

De hecho, esta intervención incluso puede ser dañina para la salud. 

Anne Lyerly, directora asociada del Centro de Bioética de la Universidad de Carolina del Norte, dijo a The Wall Street Journal que hay evidencia que demuestra que las embarazadas que guardan reposo en cama tienen 19 veces más probabilidades de desarrollar un coágulo sanguíneo conocido como trombosis venosa profunda.

La especialista, quien considera que el reposo en cama es una indicación sin ética, citó evidencia de que el reposo en cama puede causar desmineralización ósea y atrofia muscular. También depresión y un aumento de los niveles de estrés.

Ahora, en lugar del reposo en cama, algunos médicos están optando por recomendar a sus pacientes que limiten ciertas actividades, como evitar largas caminatas o una rutina intensa de ejercicio físico.

“La mujer moderna va a decir, ‘¿puedo ir a yoga? ¿puedo ir al gimnasio? ¿puedo trabajar 60 horas a la semana?'”, comentó Adam Romoff, presidente asociado de obstetricia y ginecología en el Hospital Lenox Hill de Manhattan.

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