Renee Goust utiliza el sierreño para hablar sobre la lucha feminista

Renee Goust presenta su última canción ‘Que se cuide ese muchacho’. En entrevista, la cantautora comparte su experiencia y motivación detrás de esta composición que aborda temas de feminismo, violencia de género y la lucha por la justicia
Karina Corona Karina Corona Publicado el
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“Ya no tengo miedo y esta es mi historia”, declara la cantautora Renne Goust, quien transformó la música en un campo de batalla, donde la denuncia y el feminismo resuenan con fuerza inquebrantable. Su historial incluye piezas como “La cumbia feminazi” y “Querida muerte (no nos maten)”, pero con su nueva canción, “Que se cuide ese muchacho”, alcanza nuevas alturas de impacto social y resistencia al alzar la voz contra el abuso sexual.

“Que se cuide ese muchacho” no es solo una canción, es un llamado a la revolución. En un mundo donde las verdades incómodas a menudo se esconden, Renee Goust desentierra el dolor, lo enfrenta con música y proclama con cada nota que es hora de que todos nos cuidemos mutuamente y nos levantemos contra la injusticia.

“El proceso emocional que requirió para su composición fue largo, tardó muchísimos años, sobre todo el proceso de sanación para decir que quienes sobrevivimos violencia sexual no tenemos la culpa, no tenemos por qué tener vergüenza. Llegar a este punto puede tardar muchos años, la gente revictimiza a quienes hemos pasado por situaciones así, luego preguntan que por qué tardamos años en denunciar. Esta canción me permite decir que ya no tengo miedo”, narra Renee en entrevista con Reporte Índigo.

En palabras de Renee Goust, la creación de este tema es más que una expresión artística: es un acto de confrontación contra el abuso sexual y un llamado a la acción que amplifica la necesidad urgente de un cambio cultural y social.

Sin embargo, la artista no pretende conocer cómo ha sido la vivencia ajena, simplemente quiere ser esa voz de quienes todavía no están listas para hablar del tema, proveer un espacio seguro y no se sientan solas quienes han sufrido de violencia.

Le da una nueva vida al sirreño

Desde 2017, Renne encontró en el regional mexicano su voz, en especial con la canción sirreña, el “primo humano de los correos tumbados”. Su razón fue incursionar en un género, generalmente conocido por letras machistas y sexualizadas, para darle una nueva vida y que las mujeres puedan tener un espacio para sentirse arropadas o identificadas.

“La música regional ha sido de los principales portavoces de la violencia. Además, la sociedad mexicana celebra y enaltece mucho a sus cantantes, los ven como deidades del medio artístico y se convierten en personas que las infancias quieren seguir. Pienso que podemos generar una pequeña posibilidad de que las chavas tengan otros ejemplos, que no sean solo de la buchona esposa del narco, sino que vean que en la música regional mexicana también hay otras narrativas e identidades.

“El regional mexicano ha sido muy castigado por clasismo y el racismo; vive una etapa de blanqueamiento y eso ha ayudado a que sea más aceptado, con figuras como Peso Pluma”
Renee GoustCantautora

“Escribo mucho también sobre la disidencia sexual sexo genérica, los feminismos todo lo que sea en contra de la violencia, entonces, creo que eso es poderoso. No somos el mainstream, todavía no estamos en ese lugar en el que este tipo de propuestas sean aceptadas por las masas, al contrario, creo que hay mucha resistencia ante esto”, opina Renee.

Han pasado seis años desde que lanzó la canción “La cumbia feminazi”, y aunque no ha tenido el eco que ella esperaba, mantiene la esperanza de crear espacios seguros para las mujeres.

Para la cantautora todo es político y la música no es la excepción, pues ella la ve como una plataforma de protesta y cambio con la esperanza, incluso, de que alguna vez se dejen de cantar canciones sobre la violencia machista, porque ya no son un problema; no obstante, ella aún cree que la sociedad está lejos de esa realidad.

“Creo que cada grano de arena contribuye de maneras que ni nos imaginamos. Pero mientras existan, por ejemplo, canciones feas que dicen ‘ojalá que te mueras’, esos mensajes seguirán en la sociedad. Crecí en una sociedad fronteriza sonorense y está muy normalizada la muerte, muy aceptada, y lo mismo sucede con violencia de género, lo ven como una forma muy simplista y creo que es por el mismo mensaje que se usa desde las canciones”, comenta.

Incluso, para la cantautora parte de los discursos violentos normalizados son los estereotipos hegemónicos como el dar por hecho la feminidad en la mujer. Al ser una persona queer, considera que deben existir otras narrativas y posibilidades desde la creación musical.

“Me parece muy absurdo y me explota la cabeza el doble estándar de cómo deben de ser físicamente, por ejemplo, una mujer o un hombre en el regional mexicano; pareciera que para ellos no hay reglas ni un estándar que tienen llegar. Es absurda la sobre exigencia hacia las mujeres que te llevan a castigarte o hasta acaban en desórdenes alimenticios”, abunda.

Para Renee Goust es importante que, al tener enfrente un micrófono y una guitarra, su voz se expanda para seguir abriendo espacios a más mujeres, que se puedan expresar libremente, sin miedo y así contribuir a todo un sistema musical que por muchos años fue dominado por los hombres.

“Los corridos son el lenguaje del territorio en el que crecí (Sonora), y un lenguaje para contar historias reales”
Renee GoustCantautora

Además de ser a la vez una figura con la que las nuevas generaciones se puedan identificar y así representar a la comunidad LGBT+.

“Estamos en tiempos donde te puedes salir de la raya, tal vez no vas a estar arriba de los carteles de los festivales, porque eso también es cierto, las marcas que patrocinan es una industria muy loca, vienen con mucho poder, dinero y reglas. Pero mí, meta es que si ya estoy aquí, pueda decir que desde la independencia estoy aportando algo más”, dice.

A lo largo de estos años, Renee considera que su mayor aprendizaje fue descubrir que todo lo que ha cosechado en el terreno musical es suyo y que nadie se lo podrá arrebatar.

“La música ha sido mi cuarto de composición, donde he llorado y me he reído. Es algo muy transformador, te hace sentir lo poderosa que eres; ser rebeldes, tal cual somos. La música me hizo darme cuenta que puedo ser lo que yo quiera, y si mañana decidiera cambiar de género musical puedo hacerlo; mi límite es la imaginación”, concluye.

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