René Magritte: el pintor del sombrero y la inspiración de películas

Algunos lo llaman el pintor del sombrero. Otros lo identifican como uno de los exponentes del surrealismo. Se trata de René François Ghislain Magritte, quien nació el 21 de noviembre de 1898 en Lessines, Bélgica, y quien se convirtió en uno de los pintores más reconocidos de la Historia. La influencia de Magritte ha sido […]

Algunos lo llaman el pintor del sombrero. Otros lo identifican como uno de los exponentes del surrealismo. Se trata de René François Ghislain Magritte, quien nació el 21 de noviembre de 1898 en Lessines, Bélgica, y quien se convirtió en uno de los pintores más reconocidos de la Historia.

La influencia de Magritte ha sido tanta que distintos cineastas lo han homenajeado a través de su estética cinematográfica. Sin mencionarlo de forma directa, varios directores de cine se han valido de su estilo para homenajearlo.

Cabe recordar que la vida Magritte estuvo marcada por tragedias y entornos complicados, como el suicidio de su madre y la Segunda Guerra Mundial, ello modeló su pensamiento y su quehacer artístico significativamente.

En cuanto a su personalidad, se caracterizó por ser: juguetón y fantasioso en su juventud; excéntrico, provocador y egocéntrico en su edad más adulta.

Dueño de una pericia enorme en el manejo del pincel, Magritte forjó un catálogo de obras muy particular, que recuerdan al estilo desarrollado por Dalí, aunque menos grandilocuente.

Ávido de ser alguien, Magritte se embarcó en varios movimientos pictóricos, siendo el Surrealismo donde más cómodo se sintió. Aunque en un principio se unió al manifiesto surrealista (década del 1940) de los fundadores, no encontró la fama, sino que esta le vino a posteriori, en la década de 1960, cuando sus trabajos ganaron popularidad en Estados Unidos, llegando a ser muy influyentes en movimientos modernos como el Pop Art y el arte conceptual neoyorkino. 

Sus obras

Las obras de Magritte son en no pocas ocasiones, reconocibles a primera vista, ya que fue pródigo en la utilización de motivos recurrentes, algunos de ellos son: manzanas verdes, rostros cubiertos, sombreros de bombín, y la propia persona del artista retratado de mil formas.

Su obra más importante se llama “Hijo del hombre”. Es la obra más célebre del artista, reproducida hasta la saciedad en todo tipo de decoración impresa como posters y otros.

El gran éxito de esta figura radica, a juicio de algunos expertos, en la originalidad contenida en lo simple de la figura, a lo que se añade la complejidad del concepto “Hijo del hombre”.

Entran en el juego significados de gran cantidad de elementos, los principales son el relato bíblico de la manzana de Adán y la vida contemporánea en la Europa de aquel entonces, lo último patente en el atuendo del personaje.

El caso Thomas Crown

Una de las influencias más marcadas es el remake de 1999 El caso Thomas Crown (The Thomas Crown Affair), protagonizada por Pierce Brosnan y René Russo.

La historia presenta a un elegante millonario que es investigado por el robo de una pintura y es rastreado por una investigadora de seguros con métodos muy poco convencionales.

Ambos con grandes problemas de confianza a la hora de establecer vínculos personales, proponen una suerte de juego de cacería con múltiples idas y vueltas, donde no hay límites entre lo personal y profesional.

El cuadro en cuestión es un Monet, pero la verdadera obra que atraviesa la película es un auto retrato de Magritte llamado “El hijo del hombre”.

Esta es la imagen que aparece repetidamente en distintas escenas del largometraje y que le da sentido al personaje de Brosnan. En el mismo se puede ver la imagen de un hombre de frente, vestido de traje y corbata roja con la particularidad de tener una manzana verde frente a su cabeza.

A diferencia de sus compañeros surrealistas que fusionaban imágenes de sueños y formas abstractas, Magritte elegía imágenes cotidianas pero las ubicaba en situaciones desconcertantes.

Cuando ambos personajes, Thomas y Catherine, contemplan juntos la obra de Magritte, ella le dice “Yo no sabía que tu retrato estaba acá: el hombre de negocios con sombrero y sin rostro”, a lo que Thomas propone un brindis por “El temor de ser atrapados”, haciendo referencia no sólo al incidente de la obra de arte, sino también en relación al vínculo personal que se estaba gestando entre los dos.

Esa es la dinámica de estos personajes, la ironía y el sarcasmo que solapa la falta de confianza que se tienen mutuamente.

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