Redes sociales al destape en documental
Aunque en el documental El dilema de las redes sociales extrabajadores de diferentes plataformas como Facebook y Google comparten el lado negativo de las aplicaciones al registrar todos los movimientos de sus usuarios, especialistas aseguran que este proyecto no hará que la gente deje de usar las tecnologías, a menos de que haya ciertos lineamientos educativos desde casa y se regulen a las compañías encargadas
Fernanda MuñozAntes de dormir, entre clases y mientras viaja en transporte público, Ben disfruta de tener su teléfono inteligente a la mano, pues con él consigue saber más de la gente que lo rodea, como de la niña que le gusta o de sus amigos. Sin embargo, no todo es entretenimiento y diversión en las redes sociales.
Cuando Ben decide ver los videos de sus patinadores favoritos o cuando comenta las fotos de sus personas más cercanas, es monitoreado y rastreado en cada momento, con el único objetivo de mantenerlo cerca de la pantalla el mayor tiempo posible, alejándolo de sus actividades diarias.
Así como la historia de Ben, la de muchos otros están expuestas en El dilema de las redes sociales (Netflix, 2020), un documental donde académicos y exempleados de grandes compañías como Facebook, Instagram, Pinterest, Twitter y Google, comparten todos los métodos que las empresas emplean para indagar más sobre sus usuarios y usar esa información para su conveniencia.
Sandy Parakilas, exgerente de operaciones en Facebook, comparte, por ejemplo, que al recoger los datos de la gente tras su interacción en las redes, el sistema de cada plataforma crea un modelo del usuario, y quien consiga acercarse más a los gustos y preferencias de la persona, gana.
Asimismo, Tristan Harris, exdiseñador ético de Google, menciona que aunque se piense que las plataformas tienen un objetivo claro, en realidad sólo compiten entre ellas para ganar la atención de su público. “Su modelo de negocios es mantener a la gente en las pantallas”, dice.
Al respecto, Rubén Darío Vázquez, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón y especialista en redes sociales, opina que aunque este documental ejemplifica y explica de una manera clara y sencilla el lado B de las plataformas, es poco probable que la gente deje de usarlas.
“Lo que sucede es que no creo que cambie nuestra actitud o nuestra forma de relacionarnos en el día a día con las redes porque en entornos urbanos esta digitalización ha sido fundamental, como en este momento de pandemia”, asegura.
Sin embargo, resalta que después de ver el documental, la gente probablemente estará más consciente de cómo funcionan las plataformas y qué están poniendo en juego al entrar a interactuar, pero no pasará más allá de dejar el tema sobre la mesa para que se siga discutiendo a futuro.
Encontrar un balance en las Redes Sociales
Durante el documental, la historia de una familia va presentándose a los televidentes, mostrando que los jóvenes y niños son los que más corren riesgo ante las redes sociales, ya que pasan un mayor tiempo frente a las pantallas, estando expuestos a los sistemas que las empresas construyen.
Isla, por ejemplo, la hermana menor de Ben, comienza a no prestarles atención a sus padres por estar en las redes la mayor parte del día, además de que muestra rasgos de poca confianza en sí misma, luego de no recibir likes en sus fotografías.
“No conozco a ningún padre que diga ‘sí, quiero que mis hijos crezcan sintiéndose manipulados por diseñadores tecnológicos que manipulen su atención, que les resulte imposible hacer la tarea y se comparen con estándares de belleza poco realistas’. Nadie quiere eso”, resalta Tristan Harris en el proyecto.
Por ello, para controlar el manejo y efecto de las redes, Raúl Luna Muñoz, académico de la FES Aragón y especialista en plataformas digitales, destaca que tiene que existir un balance, primero, regulando a las empresas detrás de las plataformas, sin llegar a la censura; y segundo, teniendo una buena educación en casa.
De acuerdo con él, sería bueno que las autoridades encargadas en regular a las compañías detrás de las plataformas se sentaran con pedagogos y psicólogos para trabajar y concluir en qué momento se le debe autorizar el uso de las tecnologías a los niños y niñas, y así no resulten perjudicados, pero eso es sólo un paso.
“¿Qué es lo que se debe regular? No los contenidos, porque ahí nos meteríamos con un tema de censura, sino el modelo de negocios, es decir, la forma en que las plataformas están generando recursos a partir de lo que nosotros estamos escribiendo”, asume Rubén Darío.
Pero además de las reglas legales, para Vázquez, así como para Luna, es importante poner lineamientos en casa respecto al uso de las redes, sin que eso signifique que están prohibidas, pues es evidente que para las nuevas generaciones el uso de las tecnologías será esencial.