Recuperando el movimiento

Quizá nadie se imaginaría que un paciente parapléjico pudiera ser capaz de hacer sentadillas. 

Pero al menos este fue uno de los movimientos voluntarios que pudieron ejecutar dos de los cuatro pacientes que formaron parte de un estudio encabezado por la neurocientífica Susan Harkema, de la Universidad de Louisville, en Estados Unidos. 

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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Quizá nadie se imaginaría que un paciente parapléjico pudiera ser capaz de hacer sentadillas. 

Pero al menos este fue uno de los movimientos voluntarios que pudieron ejecutar dos de los cuatro pacientes que formaron parte de un estudio encabezado por la neurocientífica Susan Harkema, de la Universidad de Louisville, en Estados Unidos. 

Los cuatro participantes, paralizados durante dos y tres años –uno de ellos, Rob Summers, estaba paralizado del pecho hacia abajo tras sufrir un accidente de auto–, también pudieron flexionar los dedos de sus pies, levantar las piernas y girar sus tobillos. 

Y todo esto gracias a una técnica pionera de estimulación eléctrica que se aplica directamente en la médula espinal, por debajo de la lesión. 

Desde hace tres años, un equipo de investigadores de la Universidad de Louisville y de la Universidad de California, en Los Ángeles, ha estado trabajando en esta nueva terapia. 

Los resultados de la terapia, detallados en la revista científica Brain, representa un gran avance en los esfuerzos que apuntan ser de ayuda para que vuelvan a caminar las personas que han sufrido lesiones en la médula espinal. Porque “demuestran que puedes tener una médula espinal funcional debajo de la capa de la lesión”, expresó en CNN el Dr. Barth Green, cofundador del Proyecto de Miami para Curar la Parálisis de la Universidad de Miami, quien no estuvo involucrado en la investigación. 

Pese a que esta terapia, en la que se debe implantar un estimulador electrónico en la médula espinal de forma quirúrgica, no permitió que los participantes caminaran, definitivamente se trata de un paso importante en la mejora de su calidad de vida. 

“Ellos te dirán que la propia estimulación y poder ser capaces de practicar y moverse alrededor los hace sentir mucho mejor, algunos describirán (a la terapia) como sentirse vivos de nuevo”, dijo a la BBC la Dra. Claudia Angeli, una de las investigadoras. 

“La masa muscular aumenta de forma significativa y todos han mostrado cambios en (la función) de su vejiga e intestino”, agregó Angeli. 

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