Reconocen con danza a pueblos originarios de Canadá
La compañía Royal Winnipeg Ballet busca representar, con la puesta en escena Going Home Star, la importancia que tienen los indígenas canadienses para el país norteamericano y su desarrollo
Fernanda MuñozLa historia de Canadá llegó a los escenarios de la danza, específicamente del ballet, para remarcar y recrear uno de los hechos más importantes de esta nación, el origen de sus comunidades nativas.
El Royal Winnipeg Ballet, una de las compañías de danza más importantes del mundo, y la más antigua de Canadá, llegará por primera vez al Auditorio Nacional el próximo 15 de octubre para presentar Going Home Star, una puesta en escena creada por el coreógrafo Mark Coggen, considerada una de las obras más conmovedoras del repertorio de esta agrupación.
Going Home Star narra la historia de los internados residenciales indígenas, bajo un sistema diseñado en el siglo XVII para que los niños nativos asimilaran la cultura de los conquistadores que fundaron Canadá.
Producida por la Comisión para la Verdad y Reconciliación de Canadá, organismo que tiene como misión informar y concientizar a los canadienses sobre la represión a los pueblos nativos, esta puesta en escena forma parte de una estrategia nacional para integrar y reconocer a los pueblos originarios de ese país.
Es un ballet que nace de la necesidad de integrar a las comunidades indígenas de Canadá y reconocerlas, al tiempo que da testimonio de las acciones llevadas a cabo hace más de 400 años para “canadienizar” a los hijos de los nativos, al arrebatarlos de sus familias para llevarlos a escuelas residenciales y así desaparecer su cultura.
Inspirado en recopilaciones de testimonios de sobrevivientes de dichas escuelas, esta puesta en escena sirve como prueba de sanación de esa deuda histórica.
La protagonista de la trama, Annie, es una joven indígena que trabaja como estilista en un elegante salón de la ciudad, asiste a fiestas, pasa las noches en clubes con atractivos jóvenes y disfruta de todo lo que su madre le advirtió que podría afectarla.
Es así como conoce a Gordon, un embaucador que se hace pasar por indigente, quien la lleva a un mundo que siempre ha percibido, pero que nunca ha visto. Juntos, no sólo recorren las calles de la ciudad, sino también los caminos de sus antepasados, en un viaje en el que la joven descendiente de los antiguos pueblos canadienses se reencuentra y reconcilia con sus orígenes, luego de haber vivido inmersa en el mundo contemporáneo.
Tras su estreno en 2014, la obra fue elogiada por los medios canadienses The Star y Canadian Broadcasting Corporation (CBC); que destacaron su “forma visceral y accesible” y la describieron como “inspiradora”. De igual forma aclamaron la “excepcional” coreografía y al personal involucrado en la producción.
