Una enorme bola de fuego se impactó en el océano Atlántico durante los primeros días de este mes… y por poco nadie se da cuenta.
El evento se registró el 6 de febrero cuando un meteorito explotó en el aire a unos mil kilómetros de la costa de Brasil.
De acuerdo con la NASA, el impacto liberó energía equivalente a 13 mil toneladas de TNT, lo que equivale a la energía utilizada en la bomba atómica que pulverizó Hiroshima en 1945.
Este fue el evento más grande de su tipo desde febrero de 2013, cuando un meteorito explotó sobre Chelyabinsk, Rusia, hiriendo a más de mil 600 personas.
“En cuanto a impactos, este fue bastante pequeño”, dijo en una publicación de blog el astrónomo Phil Plait, de acuerdo con The Daily Mail. “Después de todo, ni siquiera escuchaste al respecto hasta semanas después de ocurrido”.
“Si hubiera sucedido sobre un área poblada, hubiera hecho temblar ventanas y probablemente asustado a mucha gente, pero no creo que hubiera hecho mucho daño real”, calculó.
Ron Baalke, quien trabaja para la NASA, tuiteó sobre el suceso luego de que este apareció en la página “Objetos de fuego cercanos a la Tierra” de la agencia espacial.
Plait estima que, dada la energía explosiva del meteorito más reciente, este probablemente medía de cinco a siete metros de anchura.
“Impactos como este suceden varias veces al año, en promedio, y la mayoría pasan desapercibidos”, dijo Plait.
Sin preocupación
Según informó The Daily Mail, la NASA observa cerca de 13 mil objetos cercanos a la Tierra que han sido descubiertos orbitando dentro de nuestro sistema solar y cerca de nuestra órbita. Estima que unos mil 600 son clasificados como Asteroides Potencialmente Peligrosos.
Sin embargo, no hay mucho de qué preocuparse.
En septiembre de 2015, Paul Chodas, director de la Oficina de Objetos Cercanos a la Tierra, de Laboratorio de Propulsión Jet, dijo que “no hay evidencia existente de que un asteroide u otro objeto celeste esté en una trayectoria que impacte a Tierra.
“De hecho, ninguno de los objetos ya conocidos tiene alguna posibilidad creíble de chocar con nuestro planeta en el próximo siglo”, indicó.