Rechazan medicamento contra Alzheimer
Luego de que las empresas Biogen Inc. y Eisai Co. buscaran ralentizar este padecimiento en la gente a través de un fármaco, la FDA de Estados Unidos lo rechazó por falta de pruebas sólidas; será en marzo próximo que la agencia estadounidense decidirá frenar definitivamente o no el tratamiento
Fernanda MuñozElaborar un medicamento para frenar una enfermedad como el Alzheimer es, sin duda, una de las tareas más delicadas en el mundo, por ello se requiere de precisión, exactitud y suficientes pruebas para lograrlo.
Con el fin de ralentizar el Alzheimer, la cual padecen aproximadamente 50 millones de personas en el mundo, según la OMS, las empresas Biogen Inc., con sede en Cambridge, Massachusetts, y Eisai Co., de Japón, crearon un medicamento para conseguirlo; sin embargo, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) de Estados Unidos lo rechazó.
El panel de expertos externos de la agencia de gobierno estuvo de acuerdo en que el estudio fundamental en pacientes no logró mostrar “pruebas sólidas” de que el medicamento funcionara.
“El tratamiento del Alzheimer es una necesidad enorme, urgente e insatisfecha, pero si aprobamos algo con datos que no son sólidos, corremos el riesgo de retrasar tratamientos buenos y efectivos”, dijo el panelista Joel Perlmutter, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington.
Aunque aún no depende de la FDA que se finalice el estudio del fármaco, su opinión negativa podría pesar mucho en la decisión sobre si dar luz verde al medicamento. Se espera que la agencia estadounidense tome una decisión definitiva en marzo.
Asimismo, de acuerdo con un grupo de consumidores de Public Citizen, además de que el medicamento podría resultar muy costoso si existe una posibilidad de que se apruebe, podría llevar a la bancarrota su sistema de atención médica, al tiempo que daría falsas esperanzas a los pacientes que lo obtengan.
El fármaco impulsado por Biogen Inc. y Eisai Co. se trata de Aducanumab, y tiene como objetivo ayudar a eliminar los grupos dañinos de una proteína llamada beta-amiloide del cerebro. Otros fármacos experimentales lo han logrado, pero no han influido en la capacidad de los pacientes para pensar, cuidar de sí mismos o vivir de forma independiente.