El año 1968 fue revolucionario, trágico y de turbulencia social en todo el mundo. Las protestas estudiantiles en México y Francia contra los regímenes preestablecidos y Estados Unidos librando una fallida guerra contra Vietnam, entre más acontecimientos que preocupaban a miles de personas.
Pero entre toda la vorágine, una orden religiosa tomaba las guitarras, los pinceles y los libros, como armas intelectuales de combate, y propagaban un solo mensaje: la paz y el amor pueden llegar de la mano de Dios, que está dispuesto a escuchar la revolución.
Estas monjas de Hollywood, California, pertenecientes al grupo Sisters of the Immaculate Heart of Mary (Congregación de las Misioneras del Corazón de María) se unían a las protestas sociales, exigían derechos de equidad de género y propagaban el mensaje del catolicismo con arte pop, lo que escandalizaba al patriarcado en Roma, que no estaba dispuesto a tolerar el activismo desde el hábito.
Y ocurrió lo impensable, estas hermanas se impusieron contra el Cardenal James Francis McIntyre, para cambiar las viejas costumbres. Ellas buscaban ser mujeres libres de espíritu, letradas y vestirse a su manera, para seguir su vocación dentro de la iglesia, pero con su corazón rebelde e indomable.
Esta es parte de la premisa del documental Rebel Hearts, del cineasta brasileño Pedro Kos, que tuvo una exhibición especial en el festival de cine LGBT+ Cuórum Morelia, y que se estrenará próximamente en la plataforma Discovery+.
Kos hizo un rescate de archivo impresionante de entrevistas que Shawnee Isaac-Smith había estado haciendo a las religiosas en la década de 1990 y principios del 2000, logrando editar un documental que le hace justicia a las Misioneras del Corazón de María, quienes fueron contestatarias y adelantadas a su época.
El director conversó con Reporte Índigo y reveló que llegó a esta historia, porque al vivir en Los Ángeles, desde hace 20 años, descubrió que a cinco minutos de su casa estaba el convento donde todo sucedió hace más de medio siglo. Lo triste para él fue que se fue olvidando el suceso que rebasó toda ficción.
“Shawnee, quien es la productora y originadora del proyecto, entrevistó a más de 50 mujeres, y es imposible incluirlas a todas, aunque son maravillosas, cada una a su manera. El primer corte no fue eterno, pero fue de dos horas y 42 minutos”, explica el realizador.
Del porqué Isaac-Smith no se aventuró a dirigir el documental, Kos expresa que fue un proceso largo y de muchas trabas para la entrevistadora, tomando en cuenta que durante décadas este fue un tema tabú para la comunidad religiosa y del que se buscaba callar lo ocurrido.
“Hubo obstáculos internos, financieros y de la industria, ella también sabía que quería alguien para ayudarla, para recoger todos estos materiales y buscar más, para crear una postproducción mayor, y a través de la otra productora, Kira Carstensen, nos reunimos y hablamos mucho de lo que podíamos hacer y la importancia de la historia en el momento actual, es muy contemporánea”, comenta el director brasileño.
¿El peligro de la Iglesia-Estado?
Actualmente, Brasil se encuentra pasando por un momento de ultraderecha en su gobierno, mientras que la religión está tomando un empoderamiento político, hay grupos pro vida que están influenciando a la ciudadanía. Kos observa que el problema son estas células a favor de la iglesia, más no necesariamente el catolicismo.
Por otro lado, Rebel Hearts ha sido bien recibida en Estados Unidos y, tentativamente, tendrá una función en la Conferencia de Liderazgo de Mujeres Religiosas, que es una reunión de monjas en la Unión Americana.
Kos agrega que también sacerdotes han podido ver el largometraje, con ellos la opinión es un poco más ambivalente, pero espera que el Papa Francisco esté sensibilizado ante esta orden religiosa que causó furor a principios de los 70.
“Ojalá él se enamorase de ellas, también como nosotros, parece ser un Papa más abierto y que espero que pueda ver el valor de lo que ellas hicieron, que es abrir las puertas de la iglesia, ser más inclusivos y trabajar para educar a la gente por la justicia, los derechos y crear una comunidad y una iglesia más igualitaria, yo creo que a él le encantaría como a nosotros”, considera.