Si hay algo que en un futuro definirá las elecciones en Estados Unidos 2024 será la batalla de sexos que se ha desatado en estos meses de campaña.
Según las últimas encuestas, mientras Kamala Harris tiene una ventaja significativa entre las mujeres, Donald Trump se ha apoderado del voto masculino. Una tendencia que revela la brecha de género que existe en ese país que este 5 de noviembre elegirá entre la que sería su primera mujer presidenta o un ex presidente abiertamente misógino y racista.
Más allá de los resultados, intelectuales feministas de larga trayectoria, como Rebecca Solnit (Bridgeport, Connecticut, 1961), considerada la inventora del término ‘mansplaining’, califican esta elección como un momento histórico por el entusiasmo y la aguerrida defensa de los derechos de las mujeres que se han hecho desde algunos sectores.
I got out the vote with @ThirdActOrg and Seed the Vote in Phoenix and Reno last week. Been doing that every four years, and lately every two, in Reno since 2004. pic.twitter.com/RwIPTH91TX
— Rebecca Solnit/joy is a strategy (@RebeccaSolnit) November 3, 2024
“Es como un experimento de laboratorio, ha sido realmente emocionante ver que la gente ya no tiene ese estúpido discurso de que una mujer no puede comandar el ejército, que no puede tomar decisiones, que las mujeres somos emocionales, esas cosas que se decían de las mujeres que antes buscaron posiciones de poder”, comenta la escritora en una entrevista con Reporte Índigo durante su última visita a México, en el marco del Hay Festival Querétaro.
La autora de Los hombres me explican cosas y otros ensayos fundamentales para entender el feminismo no oculta su apoyo a Kamala Harris, a quien describe como “la candidata presidencial más feminista” que ha tenido su país. Ha seguido sus pasos desde que en 2003 se convirtió en la primera mujer fiscal de distrito en San Francisco —ciudad donde ella reside—, hasta su llegada a la Casa Blanca como vicepresidenta.
“En todo ese tiempo vi un montón de sexismo y racismo, así que cuando se convirtió en candidata presidencial me preocupaba que pasara lo mismo, pero me entusiasmé cuando algunos hombres blancos autoorganizados, encabezados por Mark Hamill, quien dio vida a Luke Skywalker, la respaldaron. Sentí una brisa de verano, como si viviera en un país mejor. El apoyo que he visto hacía ella me hace pensar que el país ha estado cambiando muy lentamente”.
“Espero que gane, pero ya estoy entusiasmada por la forma en que la gente ha respondido hacia ella porque hay mucho menos sexismo y racismo que antes. Por supuesto, la derecha es más sexista y racista que nunca, pero van a votar por el monstruo de todos modos, así que no importa”, añade
La esperanza del futuro está en las nuevas generaciones
La ensayista e historiadora, que también ha escrito libros sobre el poder popular y los desastres naturales, se formó en la segunda ola del feminismo en Estados Unidos que se desarrolló entre 1960 y 1980 y, desde esas experiencia, no duda en subrayar los logros que se han obtenido en torno a los derechos de las mujeres y considera que defender la esperanza es también un acto radical porque es una forma de comprometerse con el futuro.
“No podemos conocer el futuro, pero tenemos el pasado, si prestamos atención. El mundo en el que yo nací era mucho peor para las mujeres, la denigración era tan normal. No creo que podamos deshacernos de dos o tres mil años de patriarcado en una generación, pero creo que la transformación es asombrosa.
What’s striking about this platform in the Year of Our Muskrat Two is how many people think saying something spiteful is as good as having a counter-argument. Breaking news: it’s not. Have some flowers. pic.twitter.com/NM8erRsSaP
— Rebecca Solnit/joy is a strategy (@RebeccaSolnit) November 3, 2024
Si nos fijamos en la ciencia ficción, cuando yo era joven, en 1960 y 1970, a la gente le resultaba más fácil imaginar que viviéramos en otros planetas que hacer que los hombres y mujeres fueran iguales o que cambiaran los roles de género”, añade.
Su esperanza, dijo, está en que hoy las mujeres jóvenes parten de una posición totalmente diferente a la suya:
“En muchos años pueden llegar mucho más lejos. Miro a mis sobrinas nietas, que tienen siete y diez años, y son diferentes, son mucho más libres, más audaces, más ruidosas, juegan al fútbol, cosas que no se me permitieron”.
¿Por qué los hombres también tienen que liberarse?
“Cada generación de feministas consiguió algo, el derecho al voto femenino, la educación, ¿Hay actualmente alguna causa por la que las mujeres y los feminismos deberían unir fuerzas?”, se le pregunta a la autora. Su respuesta podría descolocar a los sectores más radicales de los feminismos de la nueva generación, pero deja clara su convicción de que el patriarcado es un mal sistémico.
“Una cosa interesante, tanto con el antirracismo como con el antisexismo, es que, cuando yo era joven, creíamos que cambiar las leyes sería suficiente, pero lo que realmente tenemos que cambiar es la cultura, tenemos que centrarnos en la idea de que los hombres también tienen que cambiar, necesitamos que los hombres exijan igualdad, más derechos, derechos emocionales, parentales, para hacer cosas que ahora se consideran poco masculinas”, dice.
Could anyone before 2016 have believed a presidential campaign event featuring the cheesy fascism* of a senile felon flanked by ads for a lousy product with a Nazi/ white supremacist dogwhistle price?
*and his microphone fellatio performance https://t.co/CabCnUI2Iw
— Rebecca Solnit/joy is a strategy (@RebeccaSolnit) November 2, 2024
“Creo que eso podría ser lo siguiente. No creo que sea el trabajo de las mujeres liberar a los hombres, pero en su momento nadie dijo: ‘las personas negras deben librarse del racismo sin que los blancos cambien’. Creo que es importante hacer una crítica más amplia del patriarcado y ver cómo perjudica a los hombres, cómo reduce sus posibilidades”.
Para la autora de Las rosas de Orwell (2022) y ¿De quién es esta historia? (2023), la masculinidad es “una renuncia constante”. “No te pueden gustar las flores, no te pueden gustar ciertos colores, no puedes ser tierno ni dulce, no debes llorar con las películas románticas. En cierto modo, las mujeres son mucho más libres en esos papeles emocionales. Así que creo que una de las cosas en la que vamos atrasados es en la liberación de los hombres”, dice.
Ideario de un movimiento
El concepto ahora tan conocido de ‘mansplaining’ fue acuñado por esta ensayista hace más de una década en su libro Los hombres me explican cosas, donde cuenta que, una vez, en una fiesta de escritores un hombre se empeñó en explicarle ideas de un libro que ella misma había escrito.
Según Solnit, al hombre le tuvieron que decir tres o cuatro veces que ella era la autora, hasta que finalmente le hizo caso.
Libros para conocer a la autora
- Esperanza en la oscuridad (2004)
- Los hombres me explican cosas (2014)
- Un paraíso en el infierno (2020)
- La madre de todas las preguntas (2021)
- Recuerdos de mi inexistencia ( 2020)
- Cenicienta liberada (2021)
- Las rosas de Orwell (2022)
- ¿De quién es esta historia? (2023)