¿Quién es Leona Vicario y cuál su participación en la Independencia de México?

¿Quién es Leona Vicario y cuál es su participación en la Independencia de México?

Este 2020 se declaró el “Año de Leona Vicario” por parte de la administración federal

Con el “Grito de Independencia” a la vuelta de la esquina el repaso a las lecciones de historia ofrecidas por profesores en la educación básica se hacen necesario, especialmente cuando la figura de Leona Vicario se observa entre las exhibidas en la iluminación del Zócalo de la Ciudad de México.

Este año, el Gobierno federal lo declaró como “el año de leona Vicario”, pero ¿quién es este personaje histórico y cuál es su relevancia en la Guerra de Independencia?

Leona Vicario, mecenas de la Independencia y madre de la Patria

María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador nació el 10 de abril de 1789 en la Ciudad de México.

Fue hija de un comerciante español, Gaspar Martín Vicario, y de Laila Fernández de San Salvador, descendiente del último tlatoani de Texcoco.

Su papel dentro de la lucha independentista fue vital, especialmente cuando se unió a la sociedad secreta “Los Guadalupes”, quienes conformaban una red que trabajaba por el objetivo de liberar a la Nueva España del yugo peninsular.

Leona rastreaba y compartía información acerca de las estrategias para combatir a los insurgentes.

También ofreció cobijo a fugitivos, donó dinero y medicamentos y colaboró con los rebeldes de diferentes formas.

A Vicario se le considera una de las primeras periodistas de México, pues hasta poco antes de su muerte escribió para El Federalista.

Después de trasladarse a Tlalpujahua, Michoacán, en donde estaba el campamento de Ignacio López Rayón, ofreció sus bienes, que eran cuantiosos, como joyas y propiedades para fabricar cañones.

En marzo de 1813 uno de los correos con información para los insurgentes enviado por Vicario fue interceptado, lo que la obligó a huir, primero, a San Ignacio, Michoacán, y después a Huixquilucan, Estado de México.

A su regreso a la capital fue recluid en el Colegio de Belén de las Mochas, en lugar de ser enviada a la cárcel, gracias a la intervención de su tío, un conocido monarquista que cuidó de su sobrina desde la muerte de sus padres en 1807.

Después de juzgarla, las autoridades virreinales la encontraron culpable ser aliada de los rebeldes, a quienes nunca delató, y la condeno a formal prisión y la incautación de sus bienes.

Algunos años antes, en 1811, conoció a quien sería su esposo, Andrés Quintana Roo, un estudiante de leyes proveniente de Yucatán que trabajaba para el abogado Agustín Pomposo Fernández de San Salvador, su tío.

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Aunque se enamoraron casi instantáneamente, el matrimonio no fue aprobado por el tío de Vicario, debido a que Quintana Roo carecía de una buena posición económica.

En mayo de 1813, Leona fue rescatada de la cárcel por tres insurgentes. Tras la huída partió a Tlalpujahua, en donde se reencontró con Quintana Roo y se casó con él.

José María Morelos y Pavón, con quien Vicario colaboraba estrechamente, ofreció una asignación económica, preocupado por si situación económica al perder sus bienes, aprobada el 22 por el Congreso en diciembre de 1813.

Después de la disolución del Congreso, por las facciones insurgentes, debido a la muerte de Morelos, Vicario y Quintana Roo se escondieron en Michoacán, hasta donde les llegaban los indultos que les ofrecían desde la capital del país.

En 1817 nació su hija Genoveva, al interior de una cueva. Quintana Roo, Vicario y su pequeña hija fueron capturados en Tlatlaya, estado de México. Fue entonces cuando Leona aceptó el indulto antes rechazado.

Durante una estancia en Toluca, Vicario dio a luz a su segunda hija, María Dolores.

En 1823, dos años después de la consumación de la Independencia, el Congreso ofreció a Vicario, como compensación por la confiscación de sus bienes, una liquidación en metálico, una hacienda, y tres casas en la Ciudad de México.

Hasta su muerte, Vicario continuo realizando actividades políticas, periodísticas y poéticas.

En 1842, a cuatro días de su fallecimiento, ocurrido el 21 de agosto, fue nombrada Benemérita y Dulcísima madre de la Patria, después de ser la única mujer a quien se le han ofrecido funerales de estado en México.

Después de ser trasladados por varios sitios, sus restos reposan en la columna del Ángel de la Independencia, con el resto de los héroes de esta lucha.

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