¿Quién es ‘El destripador’?
El misterio de la identidad de Jack “El destripador”, legendario asesino en serie que operó en Londres en 1888, ha sido inspiración para documentales, películas y otros trabajos de ficción, y la especulación ha alcanzado a sospechosos tan poco probables como el escritor Lewis Carrol.
Ahora, 126 años después de los asesinatos de Mary Ann Nichols, Annie Chapman, Elizabeth Stride, Catherine Eddowes y Mary Jane Kelly, un detective aficionado asegura haber descubierto quién los cometió, usando un chal que compró en una subasta en el 2007.
Ana Paulina ValenciaEl misterio de la identidad de Jack “El destripador”, legendario asesino en serie que operó en Londres en 1888, ha sido inspiración para documentales, películas y otros trabajos de ficción, y la especulación ha alcanzado a sospechosos tan poco probables como el escritor Lewis Carrol.
Ahora, 126 años después de los asesinatos de Mary Ann Nichols, Annie Chapman, Elizabeth Stride, Catherine Eddowes y Mary Jane Kelly, un detective aficionado asegura haber descubierto quién los cometió, usando un chal que compró en una subasta en el 2007.
La prenda supuestamente fue encontrada junto al cuerpo de Catherine Eddowes, manchada con su sangre, y permaneció en la familia de un sargento involucrado en la investigación hasta el momento de su venta.
Russel Edwards, el comprador, quería comprobar la autenticidad de la pieza, y asegura que se llevó una sorpresa al comprobar que, además de sangre, había rastros de semen en la tela, y supuso que estos pertenecerían a “El destripador”.
Su primera pista fue el estampado del chal, margaritas de San Miguel, una fiesta cristiana que, en 1888, se celebró el 29 de septiembre y el 8 de noviembre. Ambas fechas coinciden con los asesinatos de Elizabeth Stride y Catherine Eddowes, y de Mary Jane Kelly, respectivamente.
Edwards cree que el asesino dejó la prenda, tras matar a Eddowes, como una pista sobre la fecha en que cometería su siguiente crimen.
Para comprobar su teoría, recurrió al doctor Jari Louhelainen, experto en evidencia genética de crímenes históricos, de la Universidad John Moores en Liverpool, Inglaterra.
Según Edwards, el ADN mitocondrial –que tuvieron que usar, ya que el genómico, que se usa para muestras más recientes, estaba demasiado degradado– de las manchas de sangre coincidió con el de Karen Miller, descendiente de Eddowes.
El ahora también autor estaba convencido de que el asesino era Aaron Kosminski, uno de los principales sospechosos durante la investigación original, así que buscó a una descendiente de su hermana para comparar el ADN mitocondrial del semen. Y el resultado, afirma, fue positivo.
Sin embargo, la comunidad científica está escéptica, debido a que los resultados no han sido rectificados por personas externas, y a que Edwards decidió revelar sus hallazgos a través de un libro y un texto en Daily Mail.