“Quería estudiar historia para escuchar historias”: Guillermo Arriaga

En Extrañas, Guillermo Arriaga aborda la pugna entre la ciencia y la religión en el siglo XVIII. En entrevista, el escritor y guionista habla de la confección de esta narración que reproduce el lenguaje de la época
Abida Ventura Abida Ventura Publicado el
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El avance de la ciencia en el siglo XVIII y la pugna entre la medicina y la religión es uno de los hilos conductores de la historia que el escritor y guionista cinematográfico Guillermo Arriaga (Ciudad de México, 1958) entrega en su novela Extrañas (Alfaguara), una vertiginosa narración en la que el autor también plasma su fascinación por la historia y la medicina.

Ambientada en el norte de Inglaterra, la narración sigue los pasos de William Burton, un joven aristócrata que al decidir dedicarse a la medicina, su familia lo destierra y comienza una aventura que lo lleva a descubrir la práctica médica y el conocimiento del mundo.

Con esta novela, el ganador del Premio Alfaguara de novela 2020 por Salvar el fuego, se aleja del registro literario de sus anteriores obras y apuesta por una escritura que implicó pasar infinidad de horas revisando diccionarios del siglo XVIII con tal de emular el lenguaje de la época: “Usé palabras que se acuñaron solamente antes de 1790, eso significa que palabras que no existían antes decidí no usarlas. Son cientos, pero para darte una idea, no pude usar: apasionante ni emocionante; emotivo, horda, descalificar, repulsivo, a quemarropa, veterinario…”, comentó el autor en entrevista con Reporte Índigo.

“Eso me limitó y tuve que empezar a usar palabras de la época o darle vuelta a la frase para que se entendiera lo que quería decir”, añadió.

En ese desafío lingüístico el autor también suprimió el uso del “que”, “qué”, “porque”, “por qué, “aunque” y eliminó cualquier adverbio terminado en “mente”.

“Eso me obligó a presentar una redacción un poco más depurada; si se podría decir, más elegante, para que la gente se sintiera en un siglo distinto, no sé si necesariamente en el siglo XVIII, pero sí en uno distinto”
Guillermo ArriagaEscritor

Otra de las reglas que el escritor aplicó en este proceso, y que conlleva a una lectura trepidante, es el uso continuo de las comas, no del punto y seguido. “El punto y seguido es muy contemporáneo, fue para también hacer sentir a la gente que estaba en otro ritmo, en otra cadencia”.

Extrañas criaturas

Sobre la historia, el autor de El búfalo de la noche (1999) y El Salvaje (2016) contó que originalmente quería narrar la historia sobre la aparición de unos seres únicos “cuyo físico es excepcional y los médicos calculan que sólo uno aparece cada 200 o 300 años”; la idea era situar la historia en distintos lugares y épocas: en Mongolia en el año 900, en Noruega en 1400, incluso en el México rural contemporáneo. Sin embargo, fue la historia de Inglaterra del siglo XVIII y su vínculo con la ciencia la que tomó más fuerza.

Desde el principio del libro se advierte que “los hechos reales e históricos en los cuales está basada esta novela jamás sucedieron” y su autor, más que hablar de fuentes históricas consultadas, sostuvo que esta ficción se ha alimentado de su propia experiencia y la acumulación de conocimientos en disciplinas que le han atraído desde pequeño, como la historia: “Yo siento que la vida te va permitiendo acumular conocimientos varios, para empezar soy historiador, tengo una maestría en historia, donde llevé materias como Historia de la ciencia, con un tremendo maestro, Elías Trabulse, y siempre me interesó la historia desde chico, por eso estudié la maestría, que no me gustó, por cierto, estaba enfocada a cosas que no me interesaban como la metodología, la heurística y la hermenéutica, cosas que realmente me daban mucha flojera pensar en eso. Yo quería estudiar historia para escuchar historias”.

La medicina ha sido otra de sus pasiones. “Alguna vez fui a una autopsia en la UNAM, que, por cierto, la palabra autopsia no se usaba en esa época (siglo XVIII)… y hay libros como este que tengo aquí, The history of surgery, que lo leí hace muchos años, y me gustó tanto que la primera vez que conocí al señor Julio Scherer se lo regalé”, contó vía Zoom desde su estudio.

Sus constantes viajes a Inglaterra también le sirvieron para ambientar esta novela en ese territorio: “He estado en Inglaterra varias veces, mi hermano vivía ahí; hice una larguísima campaña de promoción de un libro, visité infinidad de ciudades de las que ya no me acuerdo, fueron muchas, me llevaban a trabajar, entrevistas todo el día, pero me permitió ver los paisajes, entender. Con mi hermano y mis padres recorrimos bastantes partes de Inglaterra juntos, tenía yo 21, 22 años, fui a Edimburgo. Traté de dar un cariz de verosimilitud, pero la mayor parte de la novela es un acto de imaginación”.

La inclusión

Entre los personajes que pueblan esta historia están unos “seres sobrenaturales” que William Burton descubre escondidos entre los establos y criaderos de gallinas, personas descritas con deformaciones y sin aparente capacidad para comunicarse que despiertan la atención del joven.

Esas escenas y personajes sí provienen de una triste realidad, aseguró el autor, quien recordó que hace unos años, mientras realizaba unos documentales sobre personas con discapacidad, algunos de sus colegas descubrieron que en estados como Chiapas y Oaxaca, las familias esconden a sus hijos en estas situaciones entre guajolotes, cabras o cerdos.   “No solamente me lo contaron, vi los videos; sí es bastante fuerte descubrirlos”, expresó.

Por eso, Arriaga considera que en el país todavía falta mucho por hacer en el tema de la inclusión, principalmente en el de las personas con discapacidad.  “Es un discurso que ha estado en boga últimamente, aceptar lo que es distinto de mí, pero las personas que son físicamente diferentes no han entrado en el discurso amplio de la inclusión; no es lo mismo el discurso trans, que son muy activos y muy vocales, el discurso feminista, el gay o el de la gordofobia, que el de las personas con discapacidad, muchos de ellos prácticamente carecen de la posibilidad de vocalizar, no se les incluye”.

Y mientras continúa con la promoción de este libro, el también guionista compartió que ya está escribiendo una nueva novela y desea volver a dirigir cine. “Acabamos de terminar de filmar la película de Mariana y Santiago, mis hijos. Yo la produje, junto con una brillante compañía productora argentina, estamos en edición, mientras escribo esta novela y voy viendo regresar al cine como director”.

Escritor y guionista:

  • Escuadrón Guillotina (Planeta, 1991)
  • El búfalo de la noche (Norma Editorial, 1999)
  • El salvaje (Alfaguara, 2016)
  • Salvar el fuego (Alfaguara, 2020)
  • Amores perros (2000)
  • 21 gramos (2004)
  • Babel (2006)
  • Los tres entierros de Melquiades Estrada (2005)
  • El búfalo de la noche (2007)
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