¿Le das “me encanta” a las publicaciones de personas que en la vida real te gustan?, ¿respondes a sus historias?, ¿comentas sus posts? y ¿tienes pareja? Si este es tu caso, entonces podrías estar siendo “microinfiel”.
La “microinfidelidad” podría definirse como todas aquellas acciones que están entre ser una persona amistosa y engañar a tu pareja, es decir una zona gris, en la que se puede, o no, ver estos actos como una infidelidad.
O en palabras de Ana Sierra, psicóloga y sexóloga, en entrevista con We Life: “son pequeños gestos que no llegan a ser una infidelidad evidente, pero sí son conductas que hacen ver que, de alguna manera, coqueteas con otra persona”.
La microinfidelidad se puede cometer en cualquier entorno; sin embargo, en redes sociales se ha hecho mucho más evidente, ya que “gran parte de las relaciones humanas se han trasladado a Internet”, explica Martin Graff, profesor de psicología y miembro asociado de la Sociedad Británica de Psicología.
“Antes, una esposa desconfiada tenía que atrapar a un marido infiel en la cama con otra mujer; ahora solo tiene que echar un vistazo a su mundo en línea”, explicó en una entrevista para el diario The Telegraph.
¿Cómo se ve la microinfidelidad en redes sociales?
Tal como sucede en la vida real, en redes sociales también se pueden realizar acciones que rayan entre la amistad y la infidelidad, Martin Graff señala que este consiste en mostrar un alto interés por alguien más en línea, cuando se tiene una relación.
“Puede ser algo tan simple como dar “me gusta” repetidamente a las publicaciones de alguien en Instagram o comentar en el Facebook de alguien”, comentó el experto para el diario The Telegraph.
Algunos de los ejemplos que se pueden dar sobre este tipo de acciones en redes sociales son:
- Revisar con frecuencia el Instagram de alguien
- Enviar mensajes a alguien sin el conocimiento de su pareja
- Enviar emojis de corazones, fuegos o flores
- Agregar a una expareja
- Etiquetar a alguien
- Guardar el contacto de una persona bajo otro nombre
Es importante tener en cuenta que la manera en la que se vean estas interacciones dependerá de la pareja y los acuerdos que tengan entre ellos; así como sus propias definiciones de infidelidad.
“Si para los acuerdos a los que ha llegado esa pareja sí se considera una infidelidad ahí habrá un problema”, comentó Ana Sierra para We Life, sin embargo, podría no afectar en caso de que no le importe a la otra persona.
“Cuando puede hacer daño es cuando la percepción de una persona no coincide con los actos de la otra”, comentó.
¿Esta situación puede poner fin a una relación?
Todas estas acciones podrían afectar una relación de pareja de manera negativa, Martin Graff explica que el uso de redes sociales se ha traducido en un mayor número de discusiones en la vida real, por el comportamiento que se tiene en el mundo digital.
Por su parte, Ana Serrano indica que las microinfidelidades pueden “generar celos, y esos celos vienen acompañados de miedo a ser abandonados, a no ser los elegidos o a perder a la otra persona”.
Estos problemas, en caso de no hablarse y buscar una solución, podrían dañar el vínculo, provocando que finalice o se torne en una situación tóxica.
