En mayo del año pasado, un juego sencillo pero irresistible tomó a los usuarios de iPhone por sorpresa. Se llamaba “Flappy Bird” y resultó ser tan difícil de jugar que pronto se convirtió en objeto de memes y discusiones virales en la Red.
A principios del 2014 alcanzó el primer lugar en la App Store de Estados Unidos, China y Reino Unido, de manera que fue llamado “el nuevo ‘Angry Birds'”. Y a finales de enero, se hizo disponible su versión para Android.
El éxito no solamente sorprendió a sus asiduos jugadores. Su creador, Dong Nguyen, reveló a The Verge que cada día ganaba cerca de 50 mil dólares por la publicidad que aparecía en la aplicación.
Muchos especularon que la aplicación era imposible de ganar, pero el joven de 28 años, que creó la app en solo un par de días, negó haberla programado con esa intención.
El 8 de febrero, Nguyen publicó un tuit que pronto se convirtió en noticia: al día siguiente, “Flappy Bird” desaparecería. “Lo siento, usuarios de ‘Flappy Bird’, en 22 horas lo eliminaré. Ya no puedo lidiar con esto”. En un tuit posterior aclaró que la razón no eran problemas legales, sino que solamente ya no se sentía cómodo manteniéndolo con vida.
En un principio, fanáticos del juego pensaron que solamente se trataba de una treta para engolosinar a los usuarios y obligarlos a bajar el juego durante ese lapso de tiempo, lo que impulsaría la cantidad de descargas e incrementaría las ganancias del programador.
Según estas teorías, Nguyen cambiaría de opinión en el último minuto, y tendría asegurado el primer lugar en la lista de los juegos más populares por un tiempo más. Sin embargo, el juego, como su creador lo prometió, desapareció de la App Store y la Play Store.
La reacción ha sido tal, que múltiples vendedores en eBay ofrecen smartphones con el juego instalado por un precio mucho mayor al del dispositivo mismo.