En la primera temporada de Los Anillos de Poder se nos introduce a los Pelosos, una especie de proto-hobbits que viven como nómadas, ocultándose de las demás razas de la Tierra Media.
Ahora, los nuevos capítulos presentan otras especies de medianos, lo que puede generar confusión y complicar el árbol genealógico de los Hobbits.
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Los Pelosos, los Fuertes y los Fallohides aparecen en Los Anillos de Poder como razas claramente diferenciadas, un reflejo fiel de los escritos de Tolkien.
Sin embargo, surge una pregunta evidente sobre la evolución de estas especies: ¿cuál de ellas se convirtió en los hobbits que conocemos? La respuesta es sencilla: las tres.
En El Señor de los Anillos no se menciona otra raza de medianos aparte de los hobbits, ya que con el paso de los siglos, los Fuertes, Pelosos y Fallohides se fueron mezclando hasta dar lugar a los habitantes de la Comarca que conocemos.
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Durante la Segunda Edad, los Pelosos continuaban moviéndose constantemente para evitar ser detectados por las amenazas externas, permaneciendo ocultos.
No obstante, el creciente poder de Sauron los empujó hacia el noroeste, hasta que finalmente se asentaron en Bree, una aldea cercana a la Comarca. Allí se unieron con los Fuertes y los Fallohides, lo que resultó en el nacimiento de los hobbits.
En las adaptaciones cinematográficas de Peter Jackson, ya no existen Pelosos, Fuertes o Fallohides de raza pura, pero cada hobbit desciende más de una de estas razas.
Frodo y Sam, por ejemplo, tienen un mayor linaje Fallohide, mientras que otros personajes como Merry, Pippin o Smeagol (antes de convertirse en Gollum) descienden de los Fuertes, algo evidente por su ligera mayor estatura.
Además, desde su llegada a la Tierra Media, Gandalf parece sentir una simpatía especial por los hobbits, especialmente por Elanor Brandipie y su gente.
Esta afinidad lo lleva a confiar en ellos para la crucial tarea de destruir el Anillo de Sauron y salvar la Tierra Media muchos años después.
