Actualmente vivimos una crisis de salud mental en todo el mundo. Tanto es así, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la depresión es una de las principales causas de discapacidad a nivel global.
Por este motivo, vale la pena conocer herramientas que nos permitan mejorar el estado de nuestra salud mental. Previamente, en Reporte Índigo ofrecimos algunos consejos para mantener una mente saludable. Sin embargo, en esta ocasión tenemos una nueva: ver películas.
¿Qué es la Salud Mental?
La salud mental es un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente, así como contribuir a la mejora de su comunidad, según información de la OMS.
Se trata de un elemento importante en todas las etapas de la vida, desde la niñez y la adolescencia hasta la edad adulta. Si tienes problemas de salud mental, tu pensamiento, ánimo y comportamiento pueden verse afectados.
Quién iba decir que uno de los mejores comerciales sobre salud mental iba a venir a un equipo de fútbol de la liga inglesa. Siempre pongan atención a todos los detalles. pic.twitter.com/HmQxGncZoo
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Una mejor salud mental permite:
- Tener relaciones saludables.
- Ser más productivas en el trabajo o la escuela.
- Tomar mejores decisiones.
- Ser más resistentes al estrés.
- Contribuir a su comunidad.
El cine y su gran variedad de películas ayudan a la salud mental
¿Cómo es que ver películas nos ayuda a mejorar nuestra salud mental? Seguramente a ti te ha pasado más de una vez que ver una película que te gusta mucho te ayuda a regular tu estado de ánimo.
Si es una película triste, puede ayudarnos a liberar emociones, mientras que ver una comedia que nos haga reír sin duda nos pone de buen humor. “Incluso pueden ofrecernos la oportunidad de conectar con nuestras emociones y explorarlas de forma segura”, explica Jenny Hamilton, de la Universidad de Lincoln, en Estados Unidos.
Hoy es el Día Mundial de la Salud Mental.
Gracias a toda la gente que acompaña, educa, cuida y sana las cabezas del resto.
Pide ayuda si la necesitas. pic.twitter.com/7Wy7AUL81g— 72kilos (@72kilos) October 10, 2023
Ella estudia la posibilidad de usar las películas como herramienta terapéutica. Sin embargo, reconoce que se trata de un campo muy nuevo, al que denomina “filmoterapia”.
En este sentido, Hamilton señala que puede resultar eficaz para ayudar a las personas a procesar emociones difíciles y, como consecuencia, a mejorar la salud mental. La especialista considera que las películas pueden ayudarnos a aprender habilidades para la vida a partir de cómo los personajes afrontan sus retos.
Toy Story (1995) pic.twitter.com/heFYzpAcYZ
— Gifs Películas (@gifpeliculas) February 27, 2016
“Hace ya siglos que Aristóteles observó que el público de las tragedias griegas parecía pasar por un beneficioso proceso de purga emocional (o catarsis) a través de la empatía con los personajes”, detalla Hamilton.
“El cine y la televisión funcionan de forma similar, ofreciendo un espacio seguro para sentir y expresar emociones sin experimentar las implicaciones del mundo real”, agrega.
La especialista detalla que la combinación de diversos elementos del cine, como imágenes, historias, metáforas y música, ha demostrado tener diversos beneficios terapéuticos. El acceso a este tipo de entretenimiento puede ofrecer herramientas sencillas para sentar las bases de las conversaciones terapéuticas.
¿Qué es el método MOVIE?
Luego de realizar una revisión sobre las investigaciones en torno a la filmoterapia, Hamilton identificó que no hay una orientación clara sobre cómo usar las películas en terapia. Por este motivo, desarrolló el “método MOVIE”.
En esencia, consiste en hacer una comprobación consciente de cómo nos sentimos y si es un buen día para ver el largometraje elegido. “Es decir, pensar en el efecto que podría tener ver la película o reflexionar sobre ella”, explica la especialista.
El libro de la selva (1967) pic.twitter.com/cgtzcKuT2F
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“Después de ver la película, conviene expresar o nombrar las emociones que sentimos, anotándolas si puede resultar útil. Es esencial sentir curiosidad por nuestros sentimientos y fijarnos en si percibimos físicamente tensión o relajación”, detalla.
El paso siguiente es identificar qué significa la película para nosotros. “Detectar con quién nos identificamos y cómo el viaje del personaje puede recordarnos nuestros propios retos y logros”, puntializa Hamilton.