En los últimos años, el término “woke” se ha vuelto casi omnipresente en el discurso público, especialmente en las redes sociales y en los debates sobre cultura y política. Pero, ¿qué significa realmente ser “woke” y por qué genera tanta controversia?
En este sentido, vale la pena conocer el origen de la palabra y cómo el término ha evolucionado desde su inicio como una tendencia a la consciencia social hasta ser usada de manera peyorativa.
¿Qué es ser “woke”?
Originalmente, el término “woke” proviene de la comunidad afroamericana y se utilizaba para describir a las personas que estaban conscientes ante las injusticias raciales. La palabra es el pasado de “wake” en inglés, en referencia a personas que “han despertado”.
Con el tiempo, su significado se amplió y actualmente también se usa para referirse a cualquier individuo que es consciente de las cuestiones sociales y políticas importantes de nuestro tiempo, como la igualdad de género, los derechos LGBTQ+, la justicia social y la inclusión.
Según las tendencias, ser “woke” implica:
- Mantenerse actualizado sobre los problemas sociales y políticos más relevantes.
- Cuestionar las normas y las estructuras de poder que perpetúan la desigualdad.
- Comprender y compartir las experiencias de las personas marginadas.
- Tomar medidas para promover el cambio social, es decir, realizar activismo.
¿Por qué se usa de manera peyorativa?
A pesar de sus connotaciones positivas, el término “woke” ha sido objeto de una creciente polarización y ha adquirido una connotación negativa para muchas personas. Los críticos del término lo asocian con diferentes cuestiones.
Algunas de ellas son la “cultura de la cancelación“, al boicotear a personas o instituciones consideradas ofensivas o inapropiadas y a la “corrección política” por evitar palabras o expresiones que puedan ser consideradas ofensivas o discriminatorias.
También se asocia con el “radicalismo“, es decir, la adopción de posiciones políticas extremas o impopulares.
Los detractores del término “woke” argumentan que ha llevado a un clima de intolerancia y censura, donde cualquier opinión disidente es rápidamente descalificada como “no woke“. Además, señalan que el enfoque excesivo en la identidad y la victimización ha debilitado la cohesión social.
Sin embargo, la realidad es que el término “woke” es cooptado y distorsionado según diversos intereses políticos y culturales.
Si bien es cierto que el movimiento “woke” ha generado debates y ha sido objeto de críticas, también es innegable que ha contribuido a visibilizar problemas sociales importantes, así como a impulsar cambios positivos.
En este sentido, la cuestión de si ser “woke” es algo positivo o negativo es una cuestión compleja y llena de matices. Lo importante es comprender el origen y el significado del término, así como las diversas formas en que se utiliza en el discurso público.