El fenómeno de las selfies es tan predominante en redes sociales que ha interesado a muchos estudiosos. Ahora, Moritz Stefaner, experto en visualización de datos, junto con sus colaboradores Lev Manovich, Jay Chow y Nadav Hochman, creó SelfieCity.
A través de este proyecto analizaron más de 3 mil autorretratos originados en cinco ciudades: Nueva York, Moscú, Bangkok, Sao Paulo y Berlín. Así, identificaron datos como la edad o género de los fotografiados hasta señales de su humor (basándose en la sonrisa).
“Las selfies son muy interesantes”, dijo Stefaner a FastCoDesign, “¿son solo una moda o una nueva tendencia de expresión? ¿hay diferencias culturales en la forma en que las personas se toman fotos?”.
Para responder estas preguntas, el equipo recolectó más de 650 mil imágenes de Instagram entre el 4 y el 12 de diciembre del año pasado. Y las filtraron para identificar cuáles eran autofotos.
La primera sorpresa fue que solamente el 5 por ciento de estas fotografías eran selfies, así que esa sensación de que están dominando al mundo no está tan basada en la realidad.
Tras elegir las 640 fotos más claras de cada ciudad y dividirlas por género (y que por lo menos dos personas del equipo de selección las calificara como autofotos), las incorporaron a un software de análisis facial.
Este, a su vez, cuantificó varias medidas: la inclinación de la cabeza del modelo, si sonreía o no y el tamaño de su cabeza, entre otras cosas.
Los resultados que arrojó revelaron que las mujeres son más propensas a compartir selfies que los hombres. En Bangkok 1.3 veces más (la ciudad con la menor diferencia) y en Moscú, donde hubo más discrepancia, hubo 4.6 veces más autofotos tomadas por mujeres que por hombres.
Además, las mujeres suelen hacer poses más complicadas, e inclinar la cabeza con mayor frecuencia.
Pero las ciudades compartieron un rasgo: la edad promedio de los hombres que toman selfies suele ser mayor que la de ellas (más de 30 años), aunque en general la edad promedio de los fotógrafos es de menos de 24 años.
Los rusos no suelen sonreír, pero más del 60 por ciento de los tailandeses y los brasileños lo hacen con entusiasmo.
