Creo que ya he perdido la cuenta de la cantidad de cantantes que han sido nombrados “el nuevo Dylan”. A lo largo de 50 años, el sobrenombre ha sido adjudicado a una multitud de artistas. Por ejemplo, Donovan, Billy Bragg, Conor Oberst de Bright Eyes, incluso hasta al mismo hijo del cantante, Jakob Dylan.
Parece que el único requisito es ser un cantautor en inglés para que irremediablemente el apodo caiga como una losa sobre ellos.
El más reciente candidato es The Tallest Man on Earth. Kristian Matsson, su verdadero nombre, es sueco, tiene una voz nasal y arma canciones conmovedoras que van del folk al country. Él es, muy a su pesar, el Dylan de Escandinavia.
Sus shows en vivo son una lección en intensidad: en solitario, con una guitarra desgastada y un cigarro, deambulando por el escenario como poseído por las canciones.
“King of Spain” particularmente muestra el talento de Matsson para escribir historias intensas con una melodía memorable. “Kids On The Run”, de su disco pasado “The Wild Hunt”, es la mejor canción de “The Suburbs” que Arcade Fire nunca escribió.
Su más reciente disco –de venta a partir de esta semana– es “There’s No Leaving Now”, 10 canciones que no huyen de los comparativos con Dylan. Simplemente los acepta y los usa como plataforma para despegar.
Así logra las cosas como con “1904”, el mejor track del disco. La voz de Matsson puede ser un gusto adquirido, pero el encanto de sus canciones es instantáneo.
The Tallest Man on Earth prueba que la música más simple puede ser la más poderosa. Sus discos suenan a alguien que está tocando en el sillón de tu sala, pero con la entrega de alguien que está dando un concierto en el Madison Square Garden.