¿Qué alimentos no debes recalentar en el microondas? Algunos son muy comunes
Algunos alimentos pueden liberar sustancias nocivas dentro de este electrodoméstico. Te contamos por qué ciertos productos no deben calentarse así
Jennifer CamposLos microondas se han convertido en una herramienta indispensable en muchas cocinas debido a su conveniencia y rapidez para recalentar y cocinar alimentos. Sin embargo, a pesar de su popularidad, a menudo surgen dudas sobre su seguridad y su impacto en la salud.
Algunas personas creen que pueden ser peligrosos, ya sea por las radiaciones que emiten o por los efectos en los nutrientes de los alimentos. Aunque los microondas utilizan radiación no ionizante, que es segura en las cantidades empleadas en estos electrodomésticos, los mitos y malentendidos sobre su funcionamiento han alimentado preocupaciones a lo largo del tiempo.
Además, ciertos productos pueden liberar sustancias nocivas o explotar si no se manejan correctamente. Conocer qué alimentos es mejor evitar calentar en el microondas puede ayudarte a mantener la calidad de tus platillos y, en algunos casos, proteger tu salud. Aquí te presentamos algunos de los alimentos que no deberías meter en el microondas.
Alimentos que no debes meter al microondas
Recalentar alimentos del día anterior es una práctica común en muchos hogares, ya que nos ayuda a ahorrar tiempo y reducir el desperdicio de comida. Sin embargo, este hábito puede ser perjudicial para nuestra salud dependiendo del tipo de alimento.
- Arroz: Según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, el arroz no debe ser recalentado en el microondas, ya que puede representar un riesgo para la salud. Al enfriarse y almacenarse de manera inapropiada, el arroz puede albergar Bacillus cereus, una bacteria que puede causar problemas gastrointestinales y, en casos graves, infecciones del sistema nervioso central.
- Huevo: Los huevos, especialmente cuando se dejan a temperatura ambiente durante un largo período de tiempo, pueden ser un caldo de cultivo para la bacteria Salmonella, que afecta los intestinos. Es importante evitar recalentar huevos duros en el microondas, ya que el riesgo de explosión es considerable, tanto dentro como fuera del aparato.
- Espinaca: Recalentar espinacas no es recomendable debido a su contenido de nitratos. Estos compuestos, al ser calentados, pueden transformarse en sustancias potencialmente cancerígenas. Además, las espinacas pueden contener Listeria, una bacteria que causa infecciones intestinales graves.
- Papas: Si bien las papas no presentan un riesgo directo al recalentarse, el verdadero problema radica en dejarlas a temperatura ambiente por más de dos horas después de ser cocinadas. Este hábito puede permitir el crecimiento de Clostridium botulinum, la bacteria responsable del botulismo, una enfermedad rara pero potencialmente fatal.
- Leche materna: La leche materna nunca debe calentarse en el microondas, ya que este aparato no distribuye el calor de manera uniforme. Algunas zonas pueden estar demasiado calientes, mientras que otras quedan frías, lo que podría provocar quemaduras en el bebé.
¡No uses plásticos en el microondas!
Una de las reglas más importantes al usar el microondas es evitar calentar alimentos en recipientes plásticos. Muchos plásticos liberan sustancias químicas perjudiciales cuando se calientan, lo que podría alterar las propiedades hormonales de los alimentos. Es preferible utilizar recipientes de vidrio o cerámica para evitar estos riesgos. También es esencial no introducir metales en el microondas, ya que pueden provocar chispas o incluso una pequeña explosión debido a las corrientes eléctricas generadas en el metal.
Finalmente, es importante recordar que cualquier método de calentamiento, incluido el microondas, puede reducir el valor nutricional de los alimentos. A temperaturas elevadas, vitaminas como la C y las del grupo B, así como minerales como el potasio y el calcio, pueden descomponerse, especialmente si los alimentos están en contacto con agua. Por lo tanto, aunque el microondas es conveniente, es fundamental ser consciente de cómo puede afectar la calidad nutricional de los alimentos.