Pussypedia, enciclopedia de sexualidad femenina
La Muestra Internacional de Cine con Perspectiva de Género, la iniciativa 100 Horas de Activismo y el Museo Memoria y Tolerancia reunieron a especialistas en género para hablar de órganos que no se mencionan por ser un tabú
Luz RangelCuando era candidato presidencial, Donald Trump dijo que por ser famoso podía hacer con las mujeres lo que quisiera; The Washington Post reveló la grabación durante su aparición en el programa Access Hollywood.
El ahora presidente de Estados Unidos mencionó la frase: “grab them by the pussy”, que puede traducirse como “agarrarlas por el coño”.
La artista visual María Conejo, de 30 años, y la periodista Zoé Mendelson, de 27, proponen la reapropiación de esta palabra para nombrar a los órganos sexuales femeninos , y no sólo con fines de reproducción.
Ellas son las fundadoras de Pussypedia, una enciclopedia de la pussy, gratuita y bilingüe que busca llenar el vacío de información.
Se trata de una palabra que engloba a un conjunto de órganos, también de otras identidades.
“Vagina proviene de la palabra latina vaina que significa ‘el estuche donde guardas una espada’. No estamos de acuerdo con la idea de que las vaginas existen como objetos al servicio de los penes”, acota la página en línea de esta enciclopedia.
La idea de Pussypedia surgió en 2017, cuando Zoé buscó en Internet si las mujeres podían eyacular y no encontró respuestas científicas.
La información es inclusiva, va desde la menstruación hasta la menopausia y más allá de las mujeres cisgénero y heterosexuales.
“Nuestras pussies no nos hacen mujeres. Mucha gente con pussies no es mujer y muchas mujeres no tienen pussies”, dice el sitio web.
La plataforma Pussypedia ofrece un modelo 3D interactivo y todos los artículos están verificados y escritos con un lenguaje no especializado que permite su comprensión aun sin conocimiento previo de los temas.
Hablar de órganos sexuales, no sólo reproductivos, la misión de Pussypedia
Gracias a la octava edición de la Muestra Internacional de Cine con Perspectiva de Género (MICGénero) y a la iniciativa 100 Horas de activismo, la cual invita a organizaciones, investigadores, estudiantes, funcionarios y activistas a realizar una charla después de cada función, el Museo Memoria y Tolerancia albergó a especialistas en género y sexualidad femenina.
“Hablar de nuestros genitales y sobre nuestra sexualidad ha sido un tabú, por lo mismo no hay mucha información. Además, la educación que nos dan en las escuelas está enfocada en reproducción o abstinencia y nunca se sale de esta perspectiva binaria”, expresó María Conejo, artista visual y cofundadora de Pussypedia.
Conejo moderó el panel en el que participaron cinco mujeres con un enfoque no sólo sexual o anatómico, también de disciplinas como filosofía, letras, historia, educación y derecho.
“La vergüenza es una manera de opresión, cuando algo nos avergüenza no somos capaces de establecer nuestros propios límites o decir que no. Tampoco decimos que sí cuando algo nos gusta porque no estamos acostumbrados a explorar nuestro propio cuerpo y mucho menos a pedirle a otra persona que haga algo que nos gusta”, dijo.
En el Imperio Romano, el cirujano Galeno consideraba que la cura era un masaje para provocar lo que ahora conocemos como orgasmo.
“Lo que antes se llamaba histeria, ahora ya no se debe de llamar así, es un término médicamente obsoleto y también tiene que ver con la interpretación y estigmatización de la salud mental de las mujeres”, mencionó Bustos.
Yamileth Bautista, egresada de la licenciatura en Letras Hispánicas, enlistó algunos eufemismos que los mexicanos utilizan para referirse a partes del cuerpo no sólo femeninas, sino masculinas.
Es decir, palabras con las que se sustituyen otras, incluso sus nombres propios, porque es “inadecuado” pronunciarlas.
“Aún siendo un tabú se habla mucho de ellos porque nos importan mucho”, comentó la panelista.
También advirtió sobre las consecuencias que puede traer el no llamar a los órganos por su nombre en cuanto a abuso sexual infantil o en la atención médica.
A propósito de aquello que no se nombra por la incomodidad que genera, en su intervención, la historiadora del arte y arqueóloga, Norma Silva, habló del ano.
Referirse a este órgano tiene una alta carga moral y cuando se hace visible, se debe a un sometimiento.
“La exhibición, la humillación al otro, la degradación de las partes más íntimas nos fascina”, lamentó a través de una serie de obras de arte de cine, literatura, pintura y escultura.
Silva también criticó el hecho de que el cuerpo de las mujeres se haya tomado como un receptáculo para otros, como la satisfacción sexual de los hombres o en la maternidad para los hijos y no para el propio placer.
Con la propuesta de que el placer es un concepto mucho más amplio que el orgasmo, la educadora Melina Gaze, habló sobre el clítoris, órgano que tiene tamaño y tejidos similares al pene, y la diversidad de cuerpos y satisfacciones que existen.
Finalmente, la abogada Jessica Marjane continuó con el tema de diversidad y sostuvo que un órgano sexual es de quien lo habita.
“El niño que fui está orgulloso de la mujer que soy”, confesó, después de relatar la discriminación que vivió en el proceso de transición.