Gran parte de la población mexicana se encuentra dentro de su casa para prevenir más contagios de Covid-19, y aunque eso les da seguridad, estar encerrados también puede representar un riesgo para la salud, principalmente para los niños, niñas y jóvenes. Al estar en casa, los menores han tenido que encontrar actividades para entretenerse, como ver televisión u ocuparse en medios digitales, sitios donde se halla una de las amenazas más grandes: la publicidad que incita al consumo de comida chatarra.
Tan sólo en 2016, el Instituto Nacional de Salud Pública realizó una evaluación sobre la publicidad de comida rápida en el país, se encontró que comerciales de bebidas azucaradas aparecen en el televisor 24.9 por ciento, de chocolates 19.7, y de botanas saladas 9.3 por ciento.
Tomando esto en cuenta, y sabiendo que los niños y jóvenes son quienes más están al frente de una pantalla, especialistas, como Juan Martín Pérez, director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), resaltan la importancia de controlar, hoy más que nunca, la publicidad de comida chatarra expuesta en medios de entretenimiento.
Durante el foro titulado “Exposición de niñas y niños a la publicidad de comida chatarra durante el confinamiento”, Martín Pérez enfatiza la falta de compromiso que el gobierno federal ha tomado respecto al control de este tipo de publicidad.
Para él, es elemental que el Estado cumpla con todas las estrategias que organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Unicef y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), han realizado respecto a la alimentación; sin embargo, eso no ha sucedido.
Ana Munguía, investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública, explica, por su parte, que los menores llegan a ser presas fáciles de la publicidad debido a las distintas estrategias que se utilizan, como los personajes animados y los juegos visuales.
“Hemos encontrado que en el 82 por ciento de las bebidas azucaradas, por ejemplo, se usan personajes para incitar más a su compra. También se utilizan regalos y concursos especiales”, menciona.
Katia García, coordinadora de Salud Alimentaria de El Poder del Consumidor, dice que otras de las estrategias que la publicidad utiliza para sugerir el consumo de alimentos no benéficos para la salud es el antojo, la comodidad de llevar la comida a casa, la unión familiar, y la solidaridad, aspecto que, en estos tiempos de confinamiento, miles de empresas han usado.
Internet, la nueva estrategia de la publicidad
Sabiendo que las plataformas digitales han sido para la sociedad una herramienta de comunicación inigualable, las industrias publicitarias vieron en ellas una nueva vía para llegar al público.
Sin embargo, su arribo a estos medios ha causado múltiples problemas, ya que en Internet no se tienen los mismos lineamientos y reglas que hay en la televisión o en la radio.
Carola García Calderón, doctora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), asegura que el que la publicidad llegue a Internet es un peligro para los niños, niñas y jóvenes, ya que muchos de ellos utilizan estas vías de entretenimiento sin autorización adulta.
De acuerdo con el Instituto Federal de Telecomunicaciones, tres de cada 10 niños de entre siete y 12 años ven contenidos en Internet, de los cuales, la mitad lo hace sin un acompañante adulto.
Para García Calderón, las medidas gubernamentales que hasta el momento se han autorizado, como el etiquetado claro y el aumento de precios a productos chatarra, se ven limitadas ante la irrupción del Internet.
“La publicidad de alimentos en medios digitales puede tener un impacto psicológico mayor en los consumidores”, detalla la doctora.
Para García Calderón, las políticas gubernamentales deben atender de manera urgente la publicidad de comida chatarra o, de lo contrario, la lamentación llegará cuando el gobierno no cuente con el presupuesto para atender a todos aquellos menores de edad diagnosticados con enfermedades cardiacas, entre muchos otros padecimientos.