Psicodelia cósmica: El nuevo horizonte de Titán en ‘Nave Nodriza’

En su álbum Nave Nodriza, la banda Titán emprende un viaje musical sin límites después de tres décadas de carrera, fusionando sus elementos característicos con una exploración psicodélica. En entrevista, cuentan que la autenticidad en sus actuaciones en vivo sigue siendo su principal prioridad
Karina Corona Karina Corona Publicado el
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Desde las profundidades del cosmos, entre las brumas de la psicodelia y los ecos de experiencias cósmicas, la Nave Nodriza, el nuevo álbum de la banda Titán, desciende a la Tierra. Este viaje musical es definido por la propia banda como el resultado “de un laboratorio alienígena lleno de máquinas que exhiben criaturas sonoras únicas”.

Tras 30 años de trayectoria, el material discográfico representa un acto de libertad musical, donde los miembros de Titán (Julián Lede, Emilio Acevedo y Yamil Rezc) se embarcan en un viaje sin restricciones. La pandemia los detuvo temporalmente, pero la distancia solo amplificó su creatividad.

“El disco tiene elementos que son de un Titán más clásico y otros que son una parte más psicodélica del grupo, género en el cual no habíamos ahondado. Aun así, lo siento extremadamente Titán”, explica Julián Lede, guitarrista de la agrupación a Reporte Índigo.

Nave Nodriza se manifiesta en el tercer milenio, la era del contacto con nuevas piezas, rumbos, nuevos integrantes y horizontes para presentar un cóctel electrónico que oscila entre la energía de la pista de baile, la nueva psicodelia y el humor ácido que siempre ha caracterizado a la banda.

Para el guitarrista llegar a este momento representa una etapa en la que se muestran como músicos consolidados, en el que cada uno, con otros proyectos musicales, encuentran en Titán un refugio para su libertad creativa y exploración sonora.

“Crear música se ha convertido en un ejercicio de relajación y curiosidad. Ya no se trata de pelear o tener diferencias conflictivas, sino de explorar y ver las ideas que los demás aportan para terminar una canción”
Emilio AcevedoTecladista

“Componer es estar abiertos a que sucedan accidentes musicales, son muy importantes cuando la música está viva. Aunque la palabra accidente suena como algo negativo, creo que es algo positivo, los accidentes musicales siempre son importantes para que se desarrolle el lenguaje, porque si no, pues lo que haces es como una mera repetición o como piezas para un congelador”, sostiene Julián.

Tras haber presentado los sencillos “Flecha” y “Llaves”, la banda lanza “Amamimut”, que puede ser definida por ellos como un viaje personal y abstracto, que trasciende las expectativas convencionales.

El baterista Yamil recuerda que este sencillo surgió por un accidente en el que Emilio destruyó el programa que utiliza para grabar, lo que provocó la reverberación de voces; al escuchar esta repetición, se podía oír cómo la máquina repetía la palabra “amamimut”.

“Algo que gobierna en este grupo es que no nos gusta estar en situaciones tan genéricas, nos gusta relacionar cosas que nos sorprendan, tal vez, un ritmo de heavy metal con un bajo de otro estilo, o meramente haciendo combinaciones ridículas, pero eso siempre nos lleva a algún lugar que resulte emocionante.

“Siempre hemos utilizado técnicas muy extrañas para obtener lo que queremos y este ejercicio de estirar las voces nos abre como un montón de posibilidades; así surgió ‘Amamimut’”, comparte Yamil.

Yamil también menciona que este álbum tiene un significado muy especial para él, ya que, a pesar de haber creado más de 50 canciones, el grupo finalmente decidió seleccionar solo 10 pistas.

Emilio, por su parte, describe este álbum como el producto de un viaje sonoro en el que, desde su perspectiva, cada pista se presenta de manera independiente, con su propia esencia y narrativa única.

“Nuestras personalidades son bastante fuertes y eso puede llevar a conflictos para tomar decisiones, pero es parte del ejercicio creativo. Lo que amo es la libertad que tenemos; nos juntamos cuando queremos, lo que a veces significa largos intervalos entre discos”
Julián LedeGuitarrista

“‘Amamimut’ es como un bicho raro en el disco, pero pensándolo bien, casi todas las canciones lo son. No hay relación evidente entre los temas, quizá la columna vertebral del disco es el elemento alienígena en un laboratorio, con máquinas para tenerlos ahí en exhibición, todas las canciones son muy diferentes. Es como si fueras en un viaje de Acapulco, a la jungla o a otro planeta”, sostiene el tecladista Emilio.

Su camino por la industria

A lo largo de su carrera, Titán ha desafiado las convenciones y creado una firma musical única, a pesar de las presiones de la industria para adaptarse a las tendencias cambiantes, ha mantenido su rumbo, priorizando su visión creativa por encima de todo.

Los miembros de la banda, Emilio y Julián, comparten que la clave radica en la sinceridad y la claridad.

“Siempre hay que ajustar algunas cosas, sobre todo en la manera en cómo comunicar el material, pero al componer y hacer música, la peor manera de trabajar es pensando en los demás. Hay que ser muy claros y priorizar qué es lo que uno quiere, y qué queremos decir musicalmente, luego está la comunicación hacia el exterior.

“La generación de la comida chatarra ya no existe, ahora es la del wellness; el mundo ha cambiado de una manera bastante considerable. Al hacer el disco, no es que estemos pensando en el público, no creo que sea una buena idea”, piensa Julián.

Si bien se adaptan a las demandas de la industria y las nuevas generaciones, insisten en que su música siempre emana de un lugar auténtico, sin forzarla para encajar en las tendencias actuales.

En cuanto a sus presentaciones en vivo, la banda se centra en ofrecer una experiencia musical sólida y auténtica. No se dejan llevar por despliegues “circenses” o visuales extravagantes, sino que buscan la libertad en el escenario para disfrutar de la música y conectar con su audiencia de una manera pura y emocional.

“Titán está en una isla donde no pasan las tendencias y eso me da gusto. Estamos preparando un show en medio de una industria donde son grandilocuentes, y eso es lo que la gente quiere, a nosotros no nos saldría natural. Lo que podemos adelantar es que estamos preparando un buen show, musicalmente hablando.

“Tenemos muchas canciones de la vieja guardia, que son muy importantes para muchas generaciones y hay que ver cómo montarlas y eso es para mí mucho más importante que estar viendo cómo les dábamos contenido en redes”, expone Emilio.

Sobre el nombre de Nave Nodriza

La banda compartió que el nombre lo relacionaban a estar como en la Barca de Noé, en donde se dieron la oportunidad de mezclar todos sus gustos musicales.

“Fue abarcar un montón de cosas y echarlas a una licuadora, así de libre es porque pudimos grabar desde un bongol, unas campanas, hasta un bajo de seis cuerdas. Pudimos explorar musicalmente e hicimos todo lo que se nos ocurrió”, opina Yamil.

“Corazón”, un himno para Titán

Para la agrupación, su sencillo “Corazón” ha servido como una decoración para su show, pues se volvió una canción con la cual los pueden identificar.

“Le hicimos una nueva versión, obviamente, psicodélica, saldrá con nuevos remixes. También hay otra versión que tocábamos, era más punk en realidad, esa ha sido mi versión favorita; sin embargo,  para muchos ha sido la que sacamos en el disco Dama; aun así, la rola se deja perfeccionar, sigue mutando con los años”, cuenta Emilio.

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