Prótesis sensibles al tacto

L os ojos del mundo estaban puestos sobre esas innovadoras prótesis biónicas que pueden ser controladas por el pensamiento del usuario. También generó asombro la ”i-limb Ultra Revolution” –a la que se aludió en este espacio–, la primera mano biónica que puede ser manipulada a través de una app que se descarga en el iPhone.

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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L os ojos del mundo estaban puestos sobre esas innovadoras prótesis biónicas que pueden ser controladas por el pensamiento del usuario. También generó asombro la ”i-limb Ultra Revolution” –a la que se aludió en este espacio–, la primera mano biónica que puede ser manipulada a través de una app que se descarga en el iPhone.

Ahora, los resultados de experimentos realizados con monos rhesus, en una investigación a cargo de expertos de la Universidad de Chicago y la de Johns Hopkins, sentaron las bases para un nuevo avance que revolucionará la creación de aparatos ortopédicos: prótesis sensibles al tacto. 

Para lograr que la extremidad ortopédica sienta como cualquier parte del cuerpo, los científicos enviaron una estimulación eléctrica directamente al cerebro de los monos, al área en donde se procesan las sensaciones táctiles (corteza somatosensorial primaria).

Y descubrieron que esos animales interpretaron señales táctiles o la sensación de presiones específicas en distintas partes de sus manos. 

Incluso lograron simular la sensación que tenemos a la hora de tocar un objeto por primera vez y cuando dejamos de hacerlo a través de la estimulación eléctrica en el área del cerebro mencionada.

En un futuro no lejano, se pretende utilizar esta técnica para crear prótesis sensoriales que transmitan señales táctiles directamente al cerebro de las personas que las porten.

También  biocompatibles

Investigadores de la Universidad Industrial de Santander, en Colombia, en colaboración con la empresa Quirúrgicos Especializados, se encuentran trabajando en el desarrollo de prótesis cubiertas con biomateriales de calcio, para prolongar la vida útil de los implantes y evitar que los pacientes se sometan a nuevas cirugías. 

Se espera que las nuevas prótesis biocompatibles –para cadera, rodillas y otras articulaciones– lleguen al mercado en dos años.

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