Proponen reformas a la Ley de Espacios Culturales Independientes para que dejen de ser considerados bares o restaurantes

En las 16 alcaldías de la Ciudad de México existen cerca de 300 espacios culturales independientes, comunitarios y autogestivos que, a pesar de dedicarse a la promoción del arte y la cultura, deben pasar por los mismos trámites y cumplir las mismas reglas que cualquier bar o restaurante.

Desde hace dos años existe una Ley de Espacios Culturales Independientes, la cual pretende cambiar esa situación que pone en desventaja a esos espacios que, aun con presupuestos raquíticos y nadando a contracorriente, tienen una oferta cultural alternativa y diversa, pero no ha operado debido a que su reglamento jamás se publicó y su contenido no concordaba con otras normativas.

La semana pasada, por fin, la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México y la Comisión de Derechos Culturales del Congreso local presentaron ante el Pleno la iniciativa de reforma a la Ley de Espacios Culturales Independientes y de Establecimientos Mercantiles con el fin de armonizar ambas legislaciones y publicar, ahora sí, el reglamento para que estos centros generadores de cultura sean reconocidos como establecimientos mercantiles de bajo impacto; también se busca fortalecer su actividad económica con la venta de alimentos y algunas bebidas alcohólicas.

Estos lugares “no provocan alteraciones o modificaciones en la armonía de la comunidad ni inciden en las condiciones viales de la misma; no generan intranquilidad con las personas que habitan alrededor de los mismos, por lo que pueden ser considerados establecimientos mercantiles de bajo impacto”, justificó la diputada Indalí Pardillo Cadena, presidenta de la Comisión de Derechos Culturales, durante la conferencia de prensa para presentar la iniciativa.

La legisladora añadió que, así como a algunos restaurantes y salones de fiesta se les permite realizar actividades culturales, proponen que los espacios culturales independientes también puedan tener como actividad complementaria la venta de alimentos preparados, acompañado de cerveza y/o vino de mesa en envase abierto.

Sin protección jurídica

Estas reformas y la publicación del reglamento permitirán que estos espacios independientes y comunitarios sean reconocidos y protegidos ante prácticas arbitrarias que los están haciendo desaparecer.

“Imagínate que eres un espacio pequeñito y que, como el Foro Alicia, que tenía sobre todo una actividad formativa, de ingeniería de audio y cosas sobre música,  no generan un negocio, pero tampoco es un restaurante  ni un bar, el problema es que están dados de alta nada más como bar, que es la única opción que tenían; no tienen una naturaleza propia como espacio cultural, entonces pueden llegarles a clausurar por no tener ciertos requerimientos que tienen que ver más bien con la Ley Mercantil”,  comentó en entrevista con Reporte Índigo, Claudia Curiel de Icaza, secretaria de Cultura de la Ciudad de México.

Con esta ley la propuesta es ponderar la actividad cultural y disociar la parte mercantil que puede ser hasta un 20% de su giro. 

De acuerdo con Curiel de Icaza, en todo este proceso legislativo han participado colectivos y representantes de esos espacios independientes, comunitarios y autogestivos, por lo que también han convocado a un Parlamento Abierto donde interesados y sociedad  civil podrán exponer sus inquietudes y propuestas en torno a la iniciativa de Reforma de Ley de Espacios Culturales Independientes. El foro se llevará a cabo el 3 y 8 de mayo en sedes que dará a conocer la Comisión de Derechos Culturales.

“De hecho, estas adecuaciones las solicitaron ellos, mucho de esto surge de preocupaciones de estas comunidades que sentían que no están del todo representadas, por eso se comentó con la Comisión y pensamos que era mejor dar un paso atrás, armonizar la ley, para que el reglamento sea mucho más acorde a las necesidades de todos estos grupos y espacios”, dijo.

Busca impulsar el sector independiente

La historiadora y gestora cultural, que ha dirigido festivales de cine independiente, como el Festival Internacional de Cine Contemporáneo de la Ciudad de México, y fundó el Festival BESTIA, una iniciativa independiente de música experimental, jazz, punk y hardcore, asegura que tiene un particular interés en promover y reconocer las iniciativas culturales independientes porque ha vivido en carne propia las dificultades que conlleva gestionar y sostener este tipo de proyectos.

“Llevo 20 años trabajando en el sector, he hecho mis propios festivales independientes y sé lo que implica estar del otro lado, la complejidad que es articular una iniciativa, un festival, un espacio”, dijo Curiel de Icaza.

Añadió que ahora, desde la Secretaría de Cultura de la capital, está convencida de que estos espacios y proyectos independientes son esenciales porque, además de que generan un gran impacto en la economía, crean comunidad y diversifican las expresiones artísticas y culturales de la ciudad.

“Ellos se vinculan con sus comunidades, que eso es lo más interesante de los espacios independientes y comunitarios, no son el mainstream que hacen cosas más de entretenimiento y comercial, ellos están arraigados a comunidades, a expresiones que los hacen únicos, y eso no lo puede operar el gobierno, no puede hacerse cargo de las distintas expresiones, lo que debemos hacer es detonar que esas comunidades se vuelvan activas culturalmente y generar las posibilidades, dotarlos de una naturaleza como espacio cultural, no como un bar”, sostuvo.

Una vez aprobadas estas reformas, seguirá la publicación del reglamento de la Ley de Espacios Culturales Independientes para que pueda operar. La Secretaría de Cultura capitalina se comprometió a emitir el reglamento a 30 días de la publicación de las reformas de ley.

Apoyos económicos para colectivos y cooperativas

Para fortalecer espacios e iniciativas independientes, la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, junto a  la de Trabajo y Fomento al Empleo, anunció también el programa Economía Social dirigido a pequeños colectivos culturales, quienes podrán obtener hasta 80 mil pesos para cubrir sus necesidades de material, equipo o  capacitación.

“Es un capital semilla, no lo tienen que regresar porque no es como un préstamo de una Pyme, que les permite comprar equipo, pagar sueldos, echar a andar su página web, lo que necesiten para ir para adelante”, dijo Claudia Curiel de Icaza, secretaria de Cultura de la ciudad.