Problemas de primer mundo
Mientras el hambre acaba con los países pobres, en los más ricos los habitantes se mueren de soledad y tristeza, que son igual de dañinas que la obesidad, según estudio
María Alesandra PámanesNo se trata de los típicos problemas considerados “de primer mundo”, entre los que oscilan decidirse entre un par de zapatos u otro, así como no saber si pedir la bebida en Starbucks de tal o cual tamaño. Se trata de lo que aqueja a los habitantes de los países más ricos y que inclusive es peor que la obesidad misma: la soledad.
Y es que dejar insatisfecha la necesidad de compartir y socializar que tiene el ser humano por naturaleza puede repercutir directamente en la salud del organismo. De hecho, una investigación elaborada por la Universidad de Brigham Young en Utah demostró en sus resultados que la soledad puede causar más muertes que la obesidad (considerada de las epidemias que más amenazan a las personas en todo el mundo).
Además, se indicó en el estudio que la soledad no solo es una característica de los adultos mayores.
Para llegar a esas conclusiones, los expertos analizaron más de 220 estudios sobre los efectos nocivos consecuencia del aislamiento social, los cuales perjudican a más de 4 millones de personas en la actualidad (la mayoría conforma la población de los países ricos).
De acuerdo a la Mental Health Foundation, quienes tienen entre 18 y 34 años aseguraron sentirse más solos que los que pasan los 50. Así que, dicen los especialistas, este problema puede atenderse de manera preventiva desde la adolescencia, época en la que precisamente se solidifican las relaciones interpersonales y los lazos sociales.
Pero lo tienen ‘todo’
A pesar de que habitan en los países de prosperidad económica, viajan, tienen lujos y “poder”, los individuos que se sienten más solitarios tienden a cuidarse menos, duermen mal y consumen medicamentos con mayor frecuencia, todo esto se traduce en padecimientos y poca calidad de vida, lo que aumenta el riesgo de muerte.
Por si fuera poco, tienen los niveles de estrés por los cielos, lo que también aumenta el riesgo de padecimientos mortales.
Vivir en soledad incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades coronarias, tanto en jóvenes como en adultos.
Por otro lado, un estudio de la Universidad de Harvard estableció en 2016 que cuando los jóvenes no tienen amigos aumentan los niveles de fibrinógeno, proteína que se encarga de coagular la sangre, esto provoca el aumento de la presión sanguínea y de la cantidad de grasa en las arterias. El resultado es el camino directo a un infarto.
Y por amigos también se incluye a los virtuales, pues según la American Psychological Association los que cuentan con pocas amistades en redes sociales tienen 20 por ciento más fibrinógeno.