México elige presidente cada seis años, sin embargo, un dato que los mexicanos siempre se preguntan es el de cuál es la edad del presidente en cargo; ya que algunos lo consideran como algo crucial por la experiencia mientras que otros lo desestiman por la juventud.
Así, en la historia de México han ocupado la silla presidencial mandatarios de distintas edades: desde los más jóvenes e impetuosos hasta los más viejos y con sabiduría.
Por ende, a continuación te presentamos un dato que pocos mexicanos conocen: cuál ha sido el presidente más joven y el más viejo en la historia de México.
Honrar a las canas
A simple vista, muchos considerarían que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) sería el presidente más viejo en la historia de México.
Y es que el nacido en Tabasco en 1953 deja la presidencia con 70 años de edad, por lo que su edad fue un tema crucial durante la campaña presidencial de 2018.
Algunos críticos cuestionaron si AMLO, dada su edad, tendría la energía y la resistencia necesarias para gobernar eficazmente un país como México, con sus desafíos y demandas.
Además, se planteó la preocupación de que AMLO, siendo de una generación mayor, podría tener dificultades para conectarse con la juventud mexicana y comprender plenamente sus preocupaciones y necesidades.
Incluso, se hicieron preguntas sobre la salud de AMLO y su capacidad para mantenerse en el cargo durante un período prolongado, dada su edad.
A lo anterior se sumó que durante su gestión surgieron algunos temas en cuanto a su salud, así como su cuidado durante la pandemia de COVID-19 que azotó al país.
Sin embargo, otros consideran que el presidente más viejo de México ha sido Adolfo Ruiz Cortines, quien dejó el cargo en 1958 a la edad de 67 años.
Aunque asumió la presidencia a una edad relativamente avanzada, su experiencia política y administrativa previa le proporcionaron una base sólida para liderar el país.
Ruiz Cortines fue un político experimentado que había ocupado varios cargos gubernamentales antes de convertirse en presidente, incluyendo gobernador de Veracruz y secretario de Gobernación.
El presidente más viejo
No obstante, quienes conocen de historia de México saben que el presidente más viejo del país fue Porfirio Díaz, quien fue mandatario en varias ocasiones.
Díaz dejó el cargo en 1911 con 81 años de edad y cuatro años más tarde falleció a los 84.
Se considera que la edad de Díaz fue un factor para que renunciara a la presidencia de México, ya que su capacidad para enfrentar la situación convulsa del país había menguado.
Además de su edad, el prolongado ejercicio del poder durante décadas, así como su estilo de gobierno autoritario y el descontento generalizado hacia su régimen, también jugaron un papel importante en su renuncia.
La Revolución Mexicana fue un movimiento multifacético que abarcó una amplia gama de preocupaciones y descontento social, y la edad de Díaz fue solo uno de los muchos factores que contribuyeron a su salida del poder.
El presidente más joven
El presidente más joven en la historia de México fue Emilio Portes Gil.
Portes Gil nació el 3 de octubre de 1890 en Ciudad Victoria, Tamaulipas, y falleció el 10 de diciembre de 1978 en la Ciudad de México.
Sin embargo, su carrera se destacó cuando tomó, a sus 38 años, la presidencia de México; aunque de forma interina.
Lo anterior entre 1928 y 1930, tras el asesinato de Álvaro Obregón.
Portes Gil estudió leyes en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y se involucró tempranamente en la política. Participó en la Revolución Mexicana, uniéndose a las fuerzas de Venustiano Carranza. Durante su carrera política, ocupó varios cargos, incluyendo diputado federal, senador y gobernador de Tamaulipas.
Su presidencia interina fue un período marcado por la estabilidad política después del caos generado por el asesinato de Álvaro Obregón.
Durante su mandato, se llevó a cabo la amnistía a los rebeldes cristeros, quienes se habían levantado en armas contra el gobierno en defensa de los derechos de la Iglesia católica en México. También se enfrentó a la rebelión delahuertista, liderada por Adolfo de la Huerta, la cual fue sofocada.
Después de dejar la presidencia, continuó su carrera política y ocupó diversos cargos, como embajador de México en España, senador nuevamente y secretario de la Presidencia durante el gobierno de Manuel Ávila Camacho.
Portes Gil fue una figura importante en la consolidación del régimen posrevolucionario en México y contribuyó a establecer las bases para la estabilidad política del país en el siglo XX.