The Postal Service: Sonido con remitente
Si no estás familiarizado con la música de Death Cab For Cutie o te cruzó de noche el repentino éxito de The Postal Service, Ben Gibbard simplemente es el tipo que pudo casarse –y después divorciarse– con la actriz y cantante Zooey Deschanel.
Pero por más chismosa que sea su historia con una de las mujeres más deseadas del mundo indie –culpen a su talento para cantar en She & Him y a su actuación en la película “500 Days of Summer”–, Gibbard es un referente en la música independiente desde hace por lo menos 15 años.
Juan Antonio Zertuche
Si no estás familiarizado con la música de Death Cab For Cutie o te cruzó de noche el repentino éxito de The Postal Service, Ben Gibbard simplemente es el tipo que pudo casarse –y después divorciarse– con la actriz y cantante Zooey Deschanel.
Pero por más chismosa que sea su historia con una de las mujeres más deseadas del mundo indie –culpen a su talento para cantar en She & Him y a su actuación en la película “500 Days of Summer”–, Gibbard es un referente en la música independiente desde hace por lo menos 15 años.
Con una sólida discografía indie en una era en la que apenas se estaban viendo los efectos de los servicios peer to peer (P2P) para descargar música (Napster, Morpheus, KaZaA, etcétera), Death Cab For Cutie se preparaba para lanzar su cuarto álbum en 2003: “Transatlanticism”.
Pero previo a grabar con su banda, Gibbard trabajó en conjunto con el productor de “indietronica” (indie + electrónica) Jimmy Tamborello, mejor conocido como Dntel, en un nuevo proyecto producto de la colaboración que surgió en 2001 con “(This Is) The Dream of Evan and Chan”, el noveno track que aparece en “Life Is Full of Possibilities” de Dntel.
A Gibbard y Tamborello les gustó tanto cómo resultó esa canción, que decidieron trabajar en lo que en un inicio se pensó que sería un EP. La manera en que colaboraron le dio el nombre al nuevo proyecto: Tamborello se encargaba de grabar pistas y mixes en discos CD–R (influenciado por el IDM de actos como Lali Puna), que después enviaba a Gibbard a través del servicio de correo (no electrónico) para que éste pudiera grabarle encima su voz. Gracias a esta epistolar manera de trabajar, el proyecto fue atinadamente nombrado The Postal Service.
Tres meses y apenas unos dos mil dólares invertidos después, se le dio forma a “Give Up”, el primer y único álbum del dueto. Sub–Pop, su disquera, tenía pensado a lo mucho imprimir unas 20 mil copias del disco, pero al día de hoy se han vendido más de un millón, convirtiendo a “Give Up” en apenas el segundo álbum platino de la disquera después del “Bleach” de Nirvana.
¿Por qué el éxito? Se trata de un álbum generacional, que de alguna manera sirvió de puente entre el romanticismo análogo de las letras indie de Gibbard y el sonido digital electrónico de Tamborello. Combinación que nos ha dejado joyas contemporáneas como “Such Great Heights”, “The District Sleeps Alone Tonight”, “This Place Is a Prison” (mi favorita) y “Natural Anthem”.
A 10 años del lanzamiento de “Give Up”, The Postal Service está de regreso este 2013 para reunirse en festivales como Coachella y Primavera Sound Festival.
Give Up
The Postal Service
[Sub-Pop; 2003]
90 pesos en iTunes