¿Ver pornografía en la infancia modifica la conducta en los hombres?

Un estudio realizado por psicólogos en Estados Unidos ha revelado que la exposición temprana a la pornografía produce en los hombres una conducta de dominancia sobre las mujeres; en contraste, si se consume este tipo de material a edades más altas, la predisposición a la promiscuidad aumenta.

El estudio fue presentado durante el Congreso Anual 125 de la Asociación Estadounidense de Psicología, en el que los psicólogos destacaron que uno de los propósitos de la investigación era determinar si existía una edad ‘segura’ en la que el consumo de pornografía no influyera en el cómo los hombres se relacionan con el sexo opuesto.

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Los investigadores comandados por Alyssa Bischman, realizaron 330 encuestas a hombres de entre 17 y 54 años, de los cuales, el 93% se definieron como heterosexuales. Los participantes tuvieron que responder a que edad vieron por primera vez material pornográfico, además de otras 45 preguntas, encaminadas a esclarecer la influencia de ese acercamiento con su comportamiento con las mujeres.

Las respuestas de los encuestados fueron diversas. El rango de edad en el que tuvieron su primer acercamiento a la pornografía fue entre 5 y 26 años. El promedio se instaló en los 13 años. El 43.5% indicó que vio el contenido de manera no intencional, un 33.4% admitió haberlas buscado y un el 17.2% señaló que fue obligado a ver ese material.

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Los hallazgos con base en el cuestionario realizado a los participantes arrojó que “mientras más joven era el sujeto al momento de ver pornografía por primera vez en su vida, más probabilidades tenía de buscar la dominancia sobre las mujeres. Mientras que a mayor edad de esa experiencia, mayor era la predisposición hacia la promiscuidad”, explicó Bischman.

Al tener conocimiento sobre la incidencia del consumo de pornografía es más fácil identificar los roles de género en la población masculina y entender de mejor manera su relación con las mujeres; incluso podría ayudar a tomar medidas de prevención de agresiones sexuales o tratar a pacientes que acuden a terapia por trastornos emocionales y sociales, aseveró Chrissy Richardson, coautora de la investigación.

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Las psicólogas agregaron que todavía queda mucho por investigar sobre la influencia del material sexualmente explícito, debido a que en este estudio no se tomaron en cuenta factores como la religión, ansiedad ocasionada por disfunción sexual o experiencias negativas en las relaciones sexuales.