El 28 de julio se celebra el Día Mundial contra la Hepatitis, esto en honor al descubridor del virus de la hepatitis B, el profesor Baruch Samuel Blumberg, galardonado con el Premio Nobel de Medicina en 1976; además, esta fecha ayuda para crear conciencia sobre las hepatitis víricas, las cuales inflaman el hígado y provocan diversas enfermedades graves, entre ellas el carcinoma hepatocelular.
El lema de este año es “La hepatitis no puede esperar”, con él se hace hincapié en la necesidad urgente de actuar para erradicar esta enfermedad como amenaza para la salud pública de aquí al año 2030.
El 28 de julio se celebra el Día Mundial contra la #hepatitis. Desde @InfoVIHCruzRoja comparten esta información sobre los diferentes tipos y las vías de transmisión. https://t.co/QWagq0x91j
— Creu Roja Salut (@CreuRoja_Salut) July 26, 2021
En México, la hepatitis tipo A tiene una prevalencia de aproximadamente 70 por ciento en el país, lo que significa que siete de cada 10 personas han tenido contacto con este virus que se transmite a través del agua contaminada o alimentos con materia fecal, lo cual es común.
La infección se adquiere durante la infancia, aunque la mayoría de los niños no desarrolla síntomas y pasa inadvertida.
“Existen 325 millones de personas viviendo con esa enfermedad en el orbe y nueve de cada diez no saben que la padecen”, asegura Roberto Vázquez Campuzano, profesor de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
Hay quienes no presentan síntomas e ignoran que están infectados. Sin embargo, cuando se presentan incluyen fiebre, fatiga, pérdida de apetito, náusea, vómitos, dolor abdominal, orina oscura, heces color arcilla, dolor en las articulaciones e ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos).
Cortar la cadena de transmisión
Ante el alto número de contagios, la Organización Mundial de la Salud (OMS) elaboró la “Estrategia mundial del sector de la salud contra las hepatitis vÍricas 2016-2021: hacia el fin de las hepatitis vÍricas”, aprobada por la 69 Asamblea Mundial de la Salud de 2016 y con la cual se busca reducir en un 90 por ciento los nuevos casos de hepatitis B y C crónicas para 2030, en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Las cinco áreas a trabajar son: prevenir, detener, incluir, ampliar y mantener. Mediante la aplicación de la vacuna contra la hepatitis B a todos los recién nacidos y tres dosis adicionales de esta vacuna, se busca que todos los países puedan detener la transmisión de este virus de madre a hijo. De la misma forma, todas las mujeres gestantes deberán someterse a pruebas de rutina para detectar, además de la hepatitis B, el VIH, la sífilis y la enfermedad de Chagas.
Sin embargo, se pone un mayor énfasis en la prevención y, principalmente, en tener buenos hábitos higiénicos como: lavarse las manos, comer alimentos que no se cocinen en la vía pública porque la materia fecal está pulverizada en el ambiente; desinfectar frutas y verduras, tener cuidado al entrar en contacto con la sangre y usar métodos barrera en las relaciones sexuales.
Destacados
De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud, cada 30 segundos fallece una persona por síntomas relacionados con las hepatitis víricas, incluso durante la actual crisis causada por la COVID-19.
En el año 2019, 325 millones de personas sufrieron hepatitis virales B y C produciéndose aproximadamente 900 mil decesos en ese período por estas dos causas
Causas de la hepatitis
Las hepatitis A y la E son causadas generalmente por la ingestión de agua o alimentos contaminados. Las hepatitis B, C y D, se producen de ordinario por el contacto con humores corporales infectados, ya sea por transfusión de sangre o productos sanguíneos contaminados. En el caso de la hepatitis B, también se da la transmisión de la madre al niño durante el parto o bien de un miembro de la familia al niño; además el contacto sexual es otro factor de riesgo para contraer la enfermedad