“El 99 por ciento de la población mundial respira aire que supera los límites de calidad recomendados”, alerta la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un informe publicado con motivo de la celebración del Día Mundial de la Salud, para su realización se analizaron más de seis mil ciudades de 117 países.
María Neira, directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS, explica, en un comunicado, que las concentraciones de dióxido de nitrógeno son un contaminante urbano común y precursor de partículas y ozono en las ciudades.
Asimismo, se han realizado mediciones de material particulado con diámetros iguales o menores a los 10 micrómetros o 2.5 micrómetros, las cuales son capaces de penetrar en los pulmones y el torrente sanguíneo, provocando problemas cardiovasculares, cerebrovasculares y respiratorios.
Ambos grupos de contaminantes tienen su origen, principalmente, en actividades humanas relacionadas con la quema de combustibles fósiles.
Por otro lado, el calentamiento del planeta genera que los mosquitos, y otros vectores, propaguen las enfermedades más lejos y con mayor rapidez que antes, mientras los fenómenos meteorológicos extremos, la degradación del suelo y la escasez de agua afectan su salud.
De acuerdo con datos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), más del 90 por ciento de las personas respiran aire insalubre, a consecuencia de la quema de combustibles fósiles, y cada año se registran cerca de 13 millones de defunciones provocadas por causas ambientales evitables.
Por ello, esta ocasión que se conmemora el Día Mundial de la Salud bajo el lema “Nuestro planeta, nuestra salud”, Vilchis relata que la efeméride debe llamar a reflexionar sobre la manera en que se privilegia la industria y el consumismo, pues son “la causa de la causa” de que la sociedad viva en crisis climáticas.
La OMS también señala que la pandemia por el COVID-19 evidencia la urgencia de forjar sociedades del bienestar sostenibles, comprometidas con la consecución de una salud equitativa, tanto para las generaciones presentes como las futuras, sin sobrepasar los límites ecológicos.
Por ejemplo, a los gobiernos les sugiere priorizar el bienestar humano a largo plazo y la estabilidad ecológica en sus decisiones; detener las subvenciones a los combustibles fósiles, gravar los alimentos y bebidas altamente procesados con elevado contenido en sal, azúcares o grasas no saludables.
A las empresas, recomienda reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de sus actividades; proteger, promover y apoyar la lactancia materna; garantizar el acceso de los trabajadores a agua potable, entre otras acciones.
Los alcaldes pueden fomentar el transporte público con bajas emisiones de carbono; promover la construcción de carriles para bicicletas y vías peatonales; así como garantizar que los hogares con bajos ingresos y los establecimientos de sanidad tengan acceso a energía limpia y asequible.