Con el inicio de noviembre, es común ver que los niños salen disfrazados de sus casas para pedir calaverita, es decir, que les regalen dulces; una costumbre que ha ido cobrando cada vez más popularidad en México.
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Y a pesar de que muchas personas consideran que esto es una copia de lo que se hace con el “dulce o truco” de Halloween, esta práctica es una mezcla entre lo que se hace en Estados Unidos y lo que se solía hacer en México. Te explicamos.
¿Por qué se pide calaverita en México?
El origen de salir a pedir calaverita en México no está del todo claro, ya que hay muchas versiones diferentes que explican por qué los niños comenzaron a pedir dulces durante los festejos de Día de Muertos.
Una de ellas apunta que todo se remonta a la época prehispánica, con un niño macehual, es decir perteneciente a la clase media, quien quedó huérfano desde muy pequeño.
Es así que, con la llegada del Día de Muertos, decidió salir a la calle para pedir pan, frutas, dulces o cualquier tipo de alimento para poder poner una ofrenda a sus padres. Lo cual se habría popularizado tiempo después.
🟠 Pedir dulces: En México es común escuchar la frase “queremos calaverita” haciendo referencia a las calaveras de azúcar que ponemos en los altares de #DíaDeMuertos, pero la frase original de esta tradición es “Dulce o truco” 🍭🍫🍬🍪 pic.twitter.com/uyVA7W3pQc
— Reporte Índigo (@Reporte_Indigo) October 31, 2022
No obstante, esto sería falso, ya que el antropólogo Erik Mendoza explica, para el diario El Universal, que los rituales que se hacían antes de la colonización para recordar a los familiares que habían fallecido, eran muy distintos a los de hoy en día e incluso asegura que no existía el pan y se celebraba en otras fechas.
Así, señala que todo data del siglo XVIII, ya que el 1 de noviembre se acostumbra celebrar el Día de Todos los Santos, y aunque esto se llevaba a cabo en la iglesia, en donde honraban a los santos, poco después se convirtió en una tradición familiar.
De esta forma, comenzaron a rendir homenaje y a recordar a sus seres queridos en casa, colocando grandes altares; no obstante, quienes no tenían dinero para hacerlo, salían a la calle para pedir que les regalaran cualquier elemento y así poder poner el altar de sus “calaveritas”.
Fact.
Aunque en Halloween se pide el “trick or treat”, tradicionalmente en México se pide la calaverita EL 1 DE NOVIEMBRE.Esto es, precisamente, para poder poner la ofrenda para el 2 de Noviembre.
Sin embargo, desde hoy pueden pedirla. pic.twitter.com/y7Uq0l5iH2
— 𖤐El Zombie II𖤐 (@DimeFred2) October 31, 2022
Lo cual coincide con otra versión que apunta que los hacendados eran quienes regalaban comida y dinero a sus trabajadores para que honraran a sus difuntos. De esta forma, cada 1 y 2 de noviembre iban por su calaverita.
Tradición que tiempo después habrían adoptado los niños, durante el siglo XX, debido a la influencia estadounidense, ya que esta tradición se mezcló con la del Halloween, explica Eduardo Andrés Sandoval Forero.
Pues en su artículo Identidad y tradición cultural en el México contemporáneo señala que los elementos de ambas culturas se unieron porque ambas tradiciones coincidían en el calendario.
La tradición para pedir #calaverita se lleva a cabo entre el 31 de octubre y 2 de #Noviembre; sin embargo, la creencia en #México indica que el 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, bajan los infantes a disfrutar de las ofrendas… #DiaDeMuertos pic.twitter.com/nhsjkPy6ho
— contacto.news (@contactonews1) October 31, 2022
De esta forma, los niños actualmente se disfrazan para salir a las calles y poder pedir dulces; además, se le habría quedado el nombre de “calaverita”, debido a los famosos caramelos con forma de calavera que se colocan en los altares.
¿Cuándo se pide calaverita?
En México, se acostumbra pedir calaverita entre el 31 y el 2 de noviembre; sin embargo, la tradición dicta que es este 1 de noviembre cuando los niños deben salir para recibir todo tipo de dulces.
Lo anterior, debido a que el 1 de noviembre es el Día de Todos los Santos, cuando se cree que bajan las almas de los niños para disfrutar de las ofrendas que sus familiares les colocaron.