Popularidad vs. talento: La triste realidad del casting
La discriminación en el mundo de la actuación ya no es sólo por aspecto físico, ni color de piel, sino por la falta de seguidores en redes sociales. El mundo vaticinado por la serie Black Mirror es ya una realidad
Azaneth CruzPasar del millón de seguidores, o de 100 mil, o de 50 mil y tener un buen manejo de las redes sociales se ha convertido en el nuevo requisito de productores para contratar al elenco de sus nuevos proyectos.
Derivado del tuit de la actriz mexicana Sandra Echeverría en el que denunciaba la falta de oportunidad para conseguir un papel por no tener un número suficiente de seguidores, compañeros de actuación y fanáticos se solidarizaron con ella, emitiendo su propia opinión.
“Antes se trataba de ganarnos el papel con un casting, ahora se trata de escoger a quién más seguidores tiene! Popularidad gana a Talento. Que pena…”, escribió la actriz mexicana en su cuenta de twitter.
En algunas respuestas al mensaje publicado por Echeverría, se podía leer una gran solidaridad y entendimiento hacia la actriz, en otros, un cuestionamiento que ponía sobre la mesa el tema de la discriminación que existe desde hace décadas por otras circunstancias que contemplan los estereotipos sociales.
Tres actores mexicanos confesaron a Reporte Índigo algunas de sus experiencias –algunas amargas– en los castings que realizan para conseguir trabajo.
“Llevo actuando 13 años y me ha tocado infinidad de veces ser descartado porque el personaje ya está elegido por apellido, por familia, por amantes, por color de piel o por otras circunstancias”, cuenta Jorge Lemus, actor de Señorita Pólvora.
“De los últimos ‘casting’ a los que asistí me tocó escribir nombre, estatura, edad, nacionalidad y el número de seguidores. Yo tengo como 770, por lo que al güey que lo hizo le dije: ¿cómo, esto se trata de saber cuántos seguidores tengo?, mejor no lo hago, dime la verdad, pa’qué pierdo mi tempo, estás buscando un actor, un ‘influencer’, ¿qué buscas?”
Para Jorge, la situación que tuvo que pasar la actriz mexicana Sandra Echeverría es desagradable, sin embargo, no es algo que no pasen todos los actores.
“En algunos países los papeles se dan por talento, pero en México es diferente porque en los casting evalúan factores diversos, en otros casos, se mueve por intereses. Dentro de estos años de carrera me ha tocado pasar por puertas que se abren y se cierran, por lo que hasta que encontré mi ‘mercado’, comencé a despegar”, cuenta Jorge.
Para el actor de ‘Sin senos no hay paraíso’, en su versión colombiana, existen muchas oportunidades fuera de lo convencional; no obstante, en la actualidad hasta actores consolidados o que siempre figuraban en papeles protagónicos, están notando que hay discriminación.
Fama mata potencial
Al complicado hecho de tener un físico perfecto se sumó la idea de ser el más popular en las redes sociales y con ello, garantizar un proyecto taquillero.
Actrices como Fabiola Santoscoy, quien ha sido descartada por no cumplir los rigurosos requisitos dentro de un casting, habla sobre esta nueva situación de discriminación que se está dando en el mundo de la actuación.
“Es increíble que una actriz de la talla de Sandra Echeverría, que tiene casi 1 millón de seguidores en Twitter, no cumpla con los requisitos de un casting que se supone debe evaluar el talento.
Para la actriz de ‘Amor de barrio’, la falta de respeto a los actores no solo radica en que el número de seguidores determine o gane al talento, sino también, en los estereotipos pedidos.
“Ya no sabes qué tipo de selección es más cruel cuando la exigencia debería estar en el talento.
“En un casting al que asistí, llegué, entregué mi material y a la hora de darme la vuelta la directora de casting me dijo, ‘ah por cierto tienes que bajar esas nalgas, parecen de vaca’, yo me quedé impactada, volteé a mirarla y no pude creer lo que me estaba diciendo”, recuerda Santoscoy
Discriminación siempre ha existido
Respecto al controversial tema de la selección en los ‘casting’, el actor y productor Horacio Castelo habla de su experiencia y del mar de posibilidades que todos los actores pueden tener si amplían su visión más allá de las fronteras naturales.
“Soy actor sonorense con más de 25 años de trayectoria en cine, teatro y televisión, al igual que a todos los que recorremos el camino de la actuación me han tocado situaciones de discriminación en las que por cada vez que me tiran, intento mil veces más”, dice Horacio Castelo, actor de la serie ‘El Vato’.
Para Horacio, la discriminación dentro del mundo de la actuación siempre ha existido, sin embargo, la cantidad de oportunidades son más, pues siempre van a existir todo tipo de proyectos.
“A mí me han discriminado de dos formas, una fue cuando quise participar en obras del CUT y no me lo permitieron por no ser estudiante o parte de ese centro, además de estar haciendo telenovelas en esos años, y dos, por ser más actor de teatro que de cine y no ser tan conocido.
“Fue en ese entonces que decidí enfocar mis esfuerzos en darme a conocer y hacer muchos proyectos de telenovelas, después dejé la televisión de lleno para tocar puertas en el cine y al final logré convertirme en productor de mis propios proyectos”, cuenta Castelo.
Para este actor, hay que tener claros los objetivos, el perfil, el tipo de productor con el que se desea trabajar y el proyecto que se quiere elegir
“Actualmente en el cine también hay muchas producciones que tienen como parte del elenco actores que nadie conoce, por lo que lo veo desde dos puntos. Como productor, ves hacia dónde va enfocado tu proyecto; como actor, eliges por dónde quieres realizar el trayecto”, comenta.
A pesar de que la discriminación que ha existido dentro de los casting, el actor considera que eso debe fortalecer a los actores profesionales, pues todos se encuentran en un mundo de oportunidades con la diversidad de casas productoras, países y proyectos.
“Una vez que te sales de la burbuja te das cuenta que hay una visión de 360 grados y que para todos los lados que volteas encuentras que se está produciendo en México y fuera de él. Estamos en un gran momento y debemos ampliar nuestra visión, porque oportunidades hay un montón”, concluye Castelo.