México observa y tiene una constante preocupación por el monitoreo de sus volcanes activos, y es que no es para menos, ya que el Popo sigue teniendo emanaciones incandescentes y de ceniza periódicamente.
El investigador del Centro de Geociencias de la UNAM, Gerardo Aguirre Díaz explicó que tanto el volcán de Puebla y Morelos, como el Fuego de Colima, son mucho más explosivos que el Kilauea de Hawái, el cual afectó alrededor de dos mil residentes y provocó un terremoto de 6.9 grados.
Aunque son muy diferentes que el volcán estadounidense, el científico comenta que el Popo y el Fuego forman domos que cubren el cráter y funcionan como “tapones” hasta que la presión de los gases los rompe; además, son más explosivos, con columnas más peligrosas”.
Recientemente la UNAM presentó una actualización en el Mapa de Peligros del volcán Popocatépetl, el cual fue realizado en colaboración con 30 investigadores del Instituto de Geofísica (IGf) y el Centro de Geociencias (CGeo) de la UNAM.
En la última década el crecimiento demográfico en la periferia del volcán ha sido del seis mil por ciento, por lo que hay demasiados ciudadanos habitando en zona de riesgo en caso de erupción y actividad.
Las entidades más vulnerables ante una erupción son Ciudad de México y los estados de México, Morelos, Puebla, y Tlaxcala.
Tres años les tomó a los investigadores desarrollar la actualización de este mapa, en el que también se incluyen simulaciones de hacia dónde se extenderían la caída de cenizas, flujos y oleadas piroclásticas, lahares, avalanchas y lavas.
En los primeros 25 kilómetros alrededor de el Popo viven más de 360 mil personas en 105 mil viviendas, precisó Luis Felipe Puente Espinosa, coordinador nacional de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación en conferencia de prensa.