‘Policías y ladrones’ en el Louvre
Cuando piensas en arte es muy probable que mentalmente tengas como referencia al Museo de Louvre en París, tal vez el Museo del Prado en Madrid, o bien, el MET en Nueva York.
Lo cierto es que, al igual que la capital francesa, el Louvre tiene un encanto propio. No hay turista que no reserve uno o dos días para poder acudir a uno de los museos más importantes, más grandes y el más visitado de todo el mundo.
María Alesandra Pámanes
Cuando piensas en arte es muy probable que mentalmente tengas como referencia al Museo de Louvre en París, tal vez el Museo del Prado en Madrid, o bien, el MET en Nueva York.
Lo cierto es que, al igual que la capital francesa, el Louvre tiene un encanto propio. No hay turista que no reserve uno o dos días para poder acudir a uno de los museos más importantes, más grandes y el más visitado de todo el mundo.
No solo alberga a la mítica obra “La Gioconda” de Leonardo Da Vinci, también cuenta con todo un acervo de colecciones de impresionismo, escultura, bellas artes y artes decorativas, por mencionar algunas.
Debido a la magnitud del museo, vigilarlo requiere de un gran número de personal… personal que por cierto ha sido rebasado por ladrones que merodean dentro y fuera del lugar, situación que llegó a un límite esta semana cuando alrededor de 200 trabajadores del museo realizaron una huelga porque ya no pueden lidiar con los “pickpockets” o carteristas.
Además, unos 100 empleados también se manifestaron en la entrada del Ministerio de Cultura.
Ante la protesta de los guardias de seguridad, el Louvre cerró sus puertas el miércoles de la “gala” de arte que en 2012 registró 10 millones de entradas vendidas (un millón más que en 2011).
Con el siguiente mensaje “Importante. Por circunstancias excepcionales, el museo está actualmente cerrado. Pedimos disculpas a nuestros visitantes, y les mantendremos informado de la hora de reapertura”, el museo cerró durante el miércoles 10 de abril y reabrió sus puertas el jueves con más de 40 policías de refuerzo, de acuerdo a Europa Press.
Tan solo en un día, el Louvre puede llegar a tener 30 mil visitantes, lo que lo sigue colocando como el museo más visitado del mundo, encabezando el ranking anual del periódico inglés Art Newspapers.
Y es que con la cantidad de personas que acuden y abarrotan las salas, los carteristas se dan gusto. Es mucho más fácil para ellos hurtar y escapar, lo que representa un desgastante reto para los vigilantes.
El diario español El País indica que existe “la presencia de carteristas, cada vez más numerosa y agresiva, tanto dentro como en los alrededores del museo”.
Y añade que, de acuerdo a sindicatos, docenas de visitantes y turistas han sido víctimas de robo en el Louvre en los últimos meses; “la situación está fuera de control”.
Los carteristas están “cerca de las entradas, a la salida del metro Palais Royal-Museo del Louvre y en el propio museo, están en todas partes y ni siquiera se esconden”, dijo un empleado al periódico Metro.
Para aquellos que han tenido la oportunidad de visitarlo, la tensión fuera y dentro del museo es notoria por la cantidad de visitantes que se reúnen.
“Los guardias están hartos. Vienen con el miedo en la tripa al trabajo porque se enfrentan a bandas organizadas de carteristas que son cada vez más violentos. Algunos son menores y entran gratis al museo, pero, aunque la policía los detenga, vuelven al cabo de unos días”, dijo Christelle Guyader, representante de uno de los sindicatos.
El staff ha reportado que los carteristas les escupen, “los insultan, amenazan y hasta golpean”, añadió.
“Desde hace un año y medio hay muchos más carteristas y ahora son más violentos”, dijo Sophie Aguirre, una empleada.
Jean-Luc Martinez, quien fungirá como nuevo director a partir del 15 de abril, expresó que los guardias tienen su apoyo total, así como el del museo.
En diciembre de 2012, el museo presentó una denuncia ante la Fiscalía de París por los robos e incluso pidió refuerzos de la policía.
“Se han movilizado y han mantenido reuniones de trabajo para aumentar la presencia policial”, dijo un portavoz del Louvre.
Niños, gitanos e inmigrantes
La mayoría de las fechorías son realizadas por bandas de gitanos o personas de Europa del Este que operan en grupo, con todo y sus niños.
A veces los guardias se ven confrontados por los ladrones que son cada vez más agresivos, lo que representa un riesgo también para los turistas que visitan el museo, como los grupos de estudiantes que acuden a recorrer las salas y colecciones.
En ocasiones las bandas de carteristas están conformadas hasta por 30 niños.
De hecho, Claude Gueant, quien fuera ministro del Interior de Francia hasta mayo de 2012, dijo el año pasado que la mayoría de los robos callejeros en la capital de Francia se debían a los hijos de inmigrantes rumanos y que ese país exportaba “algunos de los ladrones más notorios del mundo”.