¿Podría nacer un nuevo volcán en Michoacán? Especialistas estudian enjambres sísmicos ante la posiblidad

Diversos institutos estudian enjambres sísmicos en Michoacán ante la posibilidad de que nazca un nuevo volcán en el estado
José Andrés Velázquez José Andrés Velázquez Publicado el
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El área cercana al volcán poligenético Tancítaro (actualmente apagado), en Michoacán, es una probable candidata al nacimiento de un nuevo volcán monogenético. Así lo revela un estudio recientemente publicado por investigadores del Instituto de Geofísica (IGEF), el Instituto de Ingeniergía y la sede de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Morelia.

Denis Legrand, investigador del Departamento de Vulcanología del IGEF, precisó que la última erupción del Tancítaro ocurrió hace 240 mil años, mientras que el Paricutín, del mismo estado, lo hizo de 1943 a 1952 (nueve años). Actualmente también se considera apagado.

En este contexto, las instituciones monitorean permanentemente los enjambres sísmicos de la zona ante la posibilidad del nacimiento de un volcán.

Hace 25 años que el magma intenta llegar a la superficie, pero no se sabe cuándo lo logrará. A cada intento se generan enjambres de sismos que todavía son profundos, entre 8 y 15 km de profundidad”, explicó Legrand.

“Por eso es muy importante seguir monitoreando las profundidades de estos sismos, y si vemos que empiezan a ser más superficiales significaría que el magma llega más alto”, comentó.

¿Cuál es la diferencia entre un volcán poligenético y uno monogenéticos?

El especialista también recordó que existen dos tipos de volcanes. Primero tenemos a los poligenéticos, o que erupcionan varias veces en su vida, como el Tancítaro, el Popocatépetl o el de Colima.

Por otra parte existen los monogenéticos, que tienen una sola erupción. Ejemplo de ellos son el Paricutín, el Astillero y el Pedregal, cerca del Tancítaro, y el Jorullo.

Denis Legrand también explicó que un enjambre son pequeños sismos o microsismos que pueden ser grabados con una estación sensible y cercana. En 2020 se registraron más de 100 mil, la mayoría imperceptibles para la población. Los más grandes sí fueron percibidos, por lo que pueden asustar a la comunidad.

En este sentido, en los últimos 25 años se han registrado, al menos, seis enjambres sísmicos en la región (1997, 1999, 2000, 2006, 2020 y 2021) entre los volcanes Tancítaro y Paricutín.

“Estos enjambres sísmicos indican que una de las cámaras se ubica a una profundidad entre 8 y 15 kilómetros de profundidad, confirmado por estudios de petrología realizados por otros colegas de la UNAM”. Así lo afirmó el investigador, según un comunicado de la universidad.

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