Poco sexo, drogas y ‘rock & roll’
Sexo, drogas y rock & roll. Por décadas, a los músicos se les ha tachado de sexy, seductores —y maestros del sexo. La imagen de cualquier estrella de rock masculina suele venir acompañada de su infalible multitud de fieles admiradoras.
Por años, también, estudios han demostrado evidencia científica de que en efecto la cualidad artística de un hombre es un imán para el sexo opuesto.
Eugenia RodríguezSexo, drogas y rock & roll. Por décadas, a los músicos se les ha tachado de sexy, seductores —y maestros del sexo. La imagen de cualquier estrella de rock masculina suele venir acompañada de su infalible multitud de fieles admiradoras.
Por años, también, estudios han demostrado evidencia científica de que en efecto la cualidad artística de un hombre es un imán para el sexo opuesto.
En 2013, por ejemplo, aludimos en este espacio a un estudio encabezado por el doctor Nicolas Guéguen, investigador en ciencias del comportamiento de la Universidad de Bretaña-Sur que reveló que un hombre resulta ser más atractivo para una mujer si sostiene una guitarra.
Cabe recordar que para el experimento, que fue realizado en las calles de Francia, los científicos reclutaron a un joven de 20 años de edad que “previamente había sido evaluado con alto nivel de atractivo físico”, y quien logró obtener una mayor cantidad de números telefónicos de mujeres –para concertar una cita– al presentarse con una guitarra en mano que con las manos vacías o sosteniendo una maleta de deporte.
El año pasado, la revista científica Proceedings of the Royal Society B publicó los resultados de una serie de experimentos realizados por el biólogo Benjamin Charlton, docente de Comportamiento Animal del University College Dublin, quien encontró que en sus días fértiles, las mujeres son más atraídas a hombres “capaces de crear música más compleja”.
Estudios como los anteriores han sumado evidencia que apoya una teoría del naturalista inglés de Charles Darwin que data de hace más de un siglo, la cual postula que la música humana no goza de un beneficio de supervivencia, por lo que únicamente surgió como un medio para tener éxito en el cortejo, la atracción y el apareamiento.
Desde entonces, han surgido otras teorías de psicólogos evolutivos, como Geoffrey Miller, profesor de psicología de la Universidad de Nuevo México, quien en su libro “La mente en apareamiento: cómo la elección sexual moldeó la evolución de la naturaleza humana” argumenta que, al igual que el pavo real utiliza las características de su cola en los rituales de apareamiento y cortejo (ejemplo clásico de la selección sexual), las habilidades creativas de un hombre revelan su potencial como compañero sexual en función su inteligencia o desarrollo cognitivo.
Ser músico no es garantía
En febrero de este año, la revista científica Evolution and Human Behavior publicó un amplio estudio realizado con cerca de 11 mil gemelos suecos de entre 27 y 54 años de edad que cuestiona la vieja teoría de que “la música evolucionó como una señal de la calidad genética de las parejas potenciales”.
En el estudio, encabezado por la doctora Miriam Mosing, del Departamento de Neurociencia del Instituto Karolinska de Estocolmo, se evaluó el logro y la aptitud musical como medida de las habilidades musicales para probar una serie de predicciones como, por ejemplo, que “las personas activas y con dotes musicales deben tener mayor éxito en el apareamiento que individuos menos cualificados”.
Para medir el éxito en el apareamiento, los investigadores analizaron el número de parejas sexuales, la sociosexualidad –la tendencia a involucrarse sexualmente con más de una pareja–, el número de hijos y la edad de la primera relación sexual.
Para medir la aptitud musical se evaluó la capacidad de los participantes –que fueron evaluados en dos ocasiones, durante un periodo no mayor de 10 años– para distinguir entre melodía, ritmo y tono.
“Hemos encontrado que, de acuerdo con nuestras expectativas, los hombres con una puntuación más alta en la escala de logro musical tenían más hijos”, escribieron los investigadores.
“Sin embargo, el resto de las asociaciones entre la habilidad musical y las medidas de apareamiento o no fueron significativas o resultaron importantes en la dirección opuesta”.
“Los hombres y las mujeres que puntuaron más alto en las medidas de aptitud o logro musical puntuaron más bajo en sociosexualidad”, agregaron.
Los expertos concluyeron que a pesar de que las habilidades musicales básicas están asociadas con la capacidad cognitiva general, y por ende pueden servir como un indicador de destreza mental para parejas potenciales, los hallazgos muestran que ser más habilidoso en la música o gozar de mayor reconocimiento musical no llevan a un músico a tener sexo con un mayor número de parejas.
“Podría ser que las personas musicalmente cualificadas atraen parejas sexuales de mayor calidad, en lugar de una mayor cantidad”, reconocieron los autores.
Y señalaron que, en lugar de que la habilidad musical sea un indicador de buenos genes, podría servir como un indicador de buen padre o buena pareja”, señalando que la persona es disciplinada, reflexiva, abierta “y, potencialmente, estabilidad emocional o bondad”.
Artístico y sexy
No todas las expresiones creativas hacen ver a los hombres igual de atractivos para el sexo opuesto. Todo depende del tipo de acto creativo en el que se involucren los hombres.
En un estudio titulado “¿A quién le parece sexy Bill Gates?”, un equipo de investigadores sobre creatividad encabezado por el psicólogo Scott Barry Kaufman, director científico del Instituto de la Imaginación en el Centro de Psicología Positiva de la Universidad de Pennsylvania, se dieron a la tarea de responder (“la creatividad es sexy, pero) ¿son todos los comportamientos creativas igualmente sexy?”
Para el estudio, cuyos resultados fueron publicados el pasado mes de noviembre en Journal of Creative Behavior, los autores evaluaron el atractivo sexual de distintas formas de creatividad en una muestra “étnicamente diversa” de 815 estudiantes universitarios: creatividad ornamental/estética (artes, música), aplicada/tecnológica (ciencia, ingeniería) y diaria/doméstica (decoración de interiores, por ejemplo).
Ambos sexos prefirieron la creatividad artística en una pareja sexual potencial que el resto de las modalidades creativas.
Kaufman aclaró en Scientific American que también se encontraron diferencias importantes en las preferencias de pareja reportadas entre los participantes, y que las mismas “podrían predecirse en base a la personalidad”.
Por ejemplo, a “las personas que puntuaron más alto en curiosidad intelectual, gusto por razonamientos cognitivos complejos y que reportaron más logros creativos en las ciencias” la creatividad aplicada/tecnológica les parecía “increíblemente sexy en una pareja potencial”.
Mientras que lo mejor predecía una preferencia por el tipo de creatividad ornamental/estética entre hombres y mujeres era una “apertura a la experiencia”, es decir, preferían envolverse en información sobre fantasía y de tipo sensorial, estética y emocional.
Este es el ranking del Top 10 de conductas creativas más sexy, según el estudio:
– Jugar deportes
– Llevar a una cita a un road trip espontáneo
– Grabar música
– Hacer una observación inteligente
– Escribir música
– Estar en una banda
– Tomar fotografías artísticas
– Actuar en comedia
– Vestir con un estilo único
– Escribir poesía