La novela tiene como personaje principal a Minerva, una joven húngara que cruza el Atlántico  para buscar a Rhodakanaty, su padre. Foto: Especial

Plotino Rhodakanaty, un anarquista húngaro en México. Esta novela rescata su figura

La escritora Susana Wein toma la historia de este socialista que llegó al país a mediados del siglo XIX y enseñó a campesinos de Chalco para crear La prisionera húngara. Un relato ficticio situado en el porfiriato

En las páginas de la historia de México,  el nombre de Plotino Rhodakanaty se pierde entre los de tantas figuras conocidas y sucesos vitales del porfiriato. Pocos saben que fue un anarquista de origen griego y austriaco que participó en la Revolución Húngara de 1849, que llegó a México en 1861 e introdujo aquí sus ideas socialistas al dedicarse a educar a campesinos y artesanos.

“Es un personaje muy interesante históricamente. Decide unirse a los combatientes húngaros ante la lucha austrohúngara. Cuando ganan los austriacos, abandona Hungría, llega a Francia y se empapa del socialismo europeo de finales del siglo XIX. Se ignora sus razones, pero se embarca a México y pasa aquí muchísimos años, establece una escuela en Chalco para educar a artesanos y campesinos con las ideas socialistas”, explica a Reporte Índigo la escritora Susana Wein, quien rescata a este personaje en su novela  La prisionera húngara (MR Ediciones).

Autor de panfletos y su Cartilla Socialista,  Rhodakanaty fue conocido en el medio intelectual mexicano, pero los datos sobre su vida y su muerte siguen siendo difusos.  “Hay una presencia pequeña de este personaje fuera del círculo de investigadores o de historiadores. Casi no se conoce su historia, no nos la transmiten escolarmente, pero sí hay, por lo menos, dos libros de investigadores sobre este personaje. Uno de ellos dice que alrededor de 1880 desaparece y no se sabe a dónde fue; el otro investigador, que es bastante más contemporáneo,  dice que muere en México en 1890”, refiere la autora.

Este anarquista, quien vivió permanentemente a salto de mata porque era considerado subversivo por las autoridades porfirianas,  fue el detonante de esta historia de ficción que tiene como personaje principal a Minerva, una joven húngara que también cruza el Atlántico con el fin de conocer a Plotino, su padre.

Sobre la vida cotidiana y las costumbres en el Porfiriato

El itinerario de esta chica introduce al lector a la Europa de finales del siglo XIX, pero sobre todo al México de la época porfiriana. De Veracruz como puerto vibrante y destino de europeos en busca de nuevas oportunidades, pasando por las fincas de inmigrantes franceses en Nautla y un convulso viaje para llegar a la capital del país, el relato da cuenta de las tensiones políticas y aspiraciones de un pueblo que está por entrar en un importante proceso de modernización, pero también de caciquismo por parte de hacendados o empresarios protegidos por el poder.

Pero más que centrarse en los grandes personajes de la época, Susana Wein pone énfasis, a través de la mirada extranjera de Minerva, en lo que sucede en los espacios domésticos de las fincas, en las calles y caminos, en los mercados y hogares de la sociedad porfiriana.

“A mí me fascina la historia y particularmente la historia de México. Tomé un diplomado sobre el porfiriato en la Universidad Iberoamericana y ahí se revisó, se documentó todo esto.

“Yo, además, me seguí documentando con otros libros de grandes investigadores, como Cosío Villegas, sobre la época pre porfiriato porque la novela termina en la primera presidencia de Porfirio Díaz, cuando se supone que él permite que otro otro hombre sea presidente, y es fascinante conocer a este país, esta ciudad a mediados y finales del siglo XIX, cómo era, cómo eran sus calles, sus costumbres, cómo se vestía la gente”, comenta la autora.

Así, mientras en la capital del país Porfirio Díaz está por tomar la silla presidencial, Minerva descubre un entorno totalmente ajeno a su natal Hungría, mientras se hace pasar por institutriz de francés en una finca en Nautla. El ir y venir de las trabajadoras indígenas en la cocina, haciendo tortillas o preparando exóticos platillos, dan cuenta de los espacios domésticos y la vida cotidiana de un periodo que ha sido bastante documentado desde la academia.

“A nosotros quizá nos parece natural, pero ella como extranjera nunca ha visto los mercados, las tortillas. Para ella es un mundo exótico, está siempre comparando con lo que conoce. Es otra mirada, creo yo, diferente a la que nosotros podemos aportar”, apunta la escritora, quien agrega que para la construcción de estos espacios le ayudaron los diversos estudios sobre la vida cotidiana que se han hecho en El Colegio de México.

Una historia de amor  e intriga

También directora de teatro y dramaturga, Susana Wein adereza este relato con una inusual historia de amor entre Minerva y Juan Pelegrino, un guapo y enigmático inspector de policía que ha crecido con la idea de que su padre biológico podría ser el general Díaz. Entre complicidades y enigmas, ambos están en busca del reconocimiento paterno y harán lo posible para lograrlo.

“Están en busca de una identidad porque yo creo que el padre da la identidad. Entonces, por razones diferentes, ambos necesitan tener esa identidad paterna para poder seguir de frente”, dice la escritora.

 

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Sobre la construcción de estos personajes y sus claroscuros, la dramaturga sostiene que “nadie es negro o blanco, si no que estamos hechos de muchas cosas”. Eso queda claro con el carácter de Juan Pelegrino, quien ha escalado hasta un puesto importante por su severidad, pero que no oculta su vulnerabilidad al estar con Minerva, una chica dispuesta a enfrentar cualquier adversidad con tal de perseguir el sueño de conocer a su padre biológico.

“Pelegrino maneja su vulnerabilidad a través de la fuerza, de la brutalidad. Creo que eso sigue sucediendo hasta hoy en día, seguimos encontrando a hombres que no muestran sus sentimientos y a veces lo manejan a través de la violencia o la imposición de lo que ellos quieren, pero eso no quiere decir que no sean vulnerables y frágiles por dentro”, comparte la autora.

Del teatro a la novela

Susana Wein ha dedicado gran parte de su vida al teatro y a escribir, por lo que asegura que su paso a la literatura ha sido de manera natural:

“No es que ahora me dedico a esto o a lo otro.  Siempre he escrito porque era mi necesidad. En algún momento tomé un curso de guión cinematográfico y, al estar escribiendo estos guiones, que son historias completas, pasé a la novela y me di cuenta que la novela era mucho más rica que el cine”, comparte.

La autora

  • Susana Wein nació en la Ciudad de México y es directora de teatro, docente y dramaturga
  • Realizó estudios de actuación y de teatro con el prestigioso director Seki Sano
  • Algunas de sus obras representadas son A la manera de Shakespeare, El danzón de los caballos y Juan, el Momotaro.
  • Su novela La abuela me encargó a sus muertos ganó el Premio Nacional de Literatura para Primera Novela Juan Rulfo en 2000 y El misterio de la libreta ganó el Premio Valladolid a las Letras en 2014
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