Carlos Vidaurri recuerda amar el teatro desde pequeño. Cuenta que su mamá lo llevaba con su abuelo al Teatro de los Insurgentes a ver las grandes producciones de actrices como Irán Eory o ver José, El soñador en los Televiteatros o Jesucristo Superestrella.
“Realmente me empezó a apasionar un mundo del cual no conocía, solamente sabía que me gustaba”, dice Carlos, quien ahora es uno de los productores de teatro más importante de México. Junto a Daniel Delgado fundó PlayHouse, que está cumpliendo 10 años de montar grandes espectáculos.
Daniel Delgado y Carlos Vidaurri cuentan y celebran su historia con motivo del Día Mundial del Teatro, que busca hacer un llamado de atención para los gobiernos, políticos e instituciones que aún no han reconocido su valor para las personas y para el individuo, y tampoco se han dado cuenta de su potencial para el crecimiento económico.
Bule, Bule, el show fue el origen, pero en su camino también está Desde Cero, Los últimos 5 años, Rent, y el gran éxito Siete veces adiós, todo un fenómeno del teatro en México. Desde su fundación en 2014, PlayHouse no ha parado y no pretende hacerlo ahora.
“Estamos en un muy buen momento, la verdad, con proyectos bastante padres. En realidad, lo que nos ha sorprendido mucho y ha pasado un poco por casualidad es que finalmente también lo que nos gusta es crear nuestros propios proyectos, como Bule, Bule, Desde Cero o como casi Siete veces adiós.
“Creo que es un muy buen momento para la empresa porque justamente estamos haciendo proyectos que están interesando desde otro punto de vista; o sea, no hacemos esa clase de musicales inmensos, pero tampoco estamos haciendo cosas tan chiquitas. Tenemos un poco de todo”, considera Delgado.
Mantenerse fieles, su gran logro
Daniel Delgado y Carlos Vidaurri reflexionan sobre sus 10 años de trayectoria al frente de PlayHouse y afirman sentirse muy orgullosos de mantenerse leales a sus principios y de montar proyectos en los que creen, que los mueven y no simplemente por negocio.
“Nunca hemos montado un proyecto en PlayHouse que no nos mueva y te lo digo desde el lugar en donde Siete veces adiós ha tenido la fortuna de estar dos años en escena y de contar con giras en las que la gente se queda fuera y todo eso, pero también hemos tenido proyectos en el Teatro Milán con 30 personas en las butacas, pero que nos llenaban inmensamente como Canciones para un mundo nuevo.
“Lo hicimos, pasó desapercibido, pero fue un montaje tan lindo que nos llenó y que nos dejó tantas cosas que en ningún momento nos ha dolido. Siento que estamos muy orgullosos de eso, de poder decir que hemos respetado siempre las necesidades de los equipos creativos en torno a mantener producciones de calidad, pero también de que los elencos siempre han sido escogidos con base en quien en ese momento creímos que era la mejor opción”, explica Carlos.
Sin contar Siete veces adiós, Canciones para un mundo nuevo es la obra más nominada que han tenido en diferentes premios, aunque fue la que menos gente ha visto.
Durante este camino también han tenido momentos difíciles y de mucho aprendizaje, como lo fue en Pandemia. Con el cierre de los teatros tuvieron que adaptarse y hacer algunos streaming, pero no fue fácil.
“En realidad casi, casi, que la apuesta era si Siete veces adiós no funciona, pues veamos en dónde abrir la taquería, afortunadamente funcionó y pues aquí seguimos. No tenemos un proyecto que lo veamos como un fracaso tal cual, todos nos han enseñado muchas cosas. Estamos muy conscientes del por qué los hacemos y que no es porque queramos hacernos millonarios”, asegura Delgado.
Ahora su rumbo es montar proyectos que los ayuden a consolidarse como una productora seria y de renombre, que les de prestigio y credibilidad dentro del gremio y les abran las puertas a proyectos mucho más grandes.
Los productores reconocen que también, al igual que ellos y que todos, México ha cambiado y que no es bueno ni malo, simplemente natural, por lo que se han tenido que adaptar a las nuevas formas de consumo de los mexicanos y a la competencia que cada vez es más grande.
Las plataformas de streaming vinieron a marcar un gran cambio, al igual que las redes sociales, por lo que no hay oportunidad de quedarse sentados creyendo que ya lo lograron todo o que lo saben todo. Su deber, dicen, es reinventarse y siempre estar en pie de lucha, porque si de algo están seguros es de que hacer teatro es un acto de resistencia total, del que no se arrepienten jamás.